El caso de Galvarino Sergio Apablaza Guerra se transformó en la última semana en el incidente más sensible en las relaciones diplomáticas entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el del presidente chileno Sebastián Piñera. La extradición concedida el martes por la Corte Suprema de Justicia, que dictaminó que los crímenes que se le imputan al ex líder del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) no son un delito político, acorraló al Ejecutivo argentino y lo puso en una disyuntiva. Por estas horas, las autoridades argentinas esgrimen cinco razones para darle refugio político al ex guerrillero.
1 Según confirmó una alta fuente del Gobierno a PERFIL, la Presidenta concedería el estatus que reclama Apablaza porque lo considera “un militante político con el que hay mucha afinidad”. Para justificar su decisión, Buenos Aires afirmará que es una potestad soberana del Estado argentino otorgar ese beneficio.
2 Cristina privilegiará el frente político interno, en el que organizaciones de derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo le reclamaron protección para el ex guerrillero, antes que priorizar la relación bilateral con Chile. Frente a este nuevo panorama, el ministro del Interior chileno, Rodrigo Hinzpeter, se mostró cauto y aseguró el jueves que “siempre existió la posibilidad de que la extradición no se concrete”.
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