El ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, solicitó una licencia de una semana para dedicarse a “asuntos particulares”. El pedido del exjuez es consecuencia de la difusión de escuchas que sugieren una parcialidad de Moro en la investigación conocida como Lava Jato, que terminó con Lula da Silva preso. Aquella investigación fue la que le valió una enorme popularidad, dado que fue considerado como el magistrado que se animó a poner contra las cuerdas al poder.
Cuando el viernes 5 de julio le consultaron el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, acerca de estas revelaciones, el mandatario contestó que Moro iba a estar junto a él en la final de la Copa América (hecho que sucedió) y añadió: “El pueblo dirá si estamos en lo correcto o no”. Y el veredicto popular le fue esquivo: una parte de la los hinchas abucheó al mandatario cuando le entregó el trofeo a la Selección campeona. Moro, el hombre de la polémica, efectivamente estuvo sentado al lado de Bolsonaro en la final.
En base a comunicaciones entre Moro y los fiscales obtenidas de fuentes anónimas, el sitio The Intercept, cofundado por el periodista estadounidense Glenn Greenwald, viene publicando desde principios de junio información que puso a la defensiva al ahora funcionario del gobierno del presidente Jair Bolsonaro. De ser auténticos, los mensajes ponen en duda la imparcialidad de Moro en la operación anticorrupción. Las primeras revelaciones mostraron presuntas consultas para perjudicar la candidatura de Lula da Silva y luego de su delfín Fernando Haddad, en las elecciones de octubre de 2018.
Muere en un accidente aéreo el juez que investigaba el Lava Jato
Según los diálogos analizados por los periodistas de The Intercept y de la revista Veja, existen pruebas de las interferencias del juez, que habría llegado a ocultar información a un ministro de la Suprema Corte, Teori Zavascki, entonces magistrado ponente de la operación Lava Jato en el Supremo. Zavascki murió en 2017, víctima de un accidente de avión.
El episodio mencionado por la revista está relacionado con la prisión del empresario Flávio David Barra, acusado de pagar sobornos mientras presidía la empresa AG Energia, del grupo Andrade Gutierrez. En agosto de 2015, la defensa de Barra pidió al Supremo la suspensión de la causa que llevaba el 13º Juzgado de Curitiba. El recurso integraba una hoja de cálculo donde constaban los nombres de los políticos que recibían sobornos de la empresa. Por haber políticos implicados —que están aforados—, la causa debería llevarla el Supremo.
El caso de las filtraciones fue bautizado como VazaJato. Se trata de un juego de palabras entre el nombre del caso y vazamento (filtración).
JPA/MC