INTERNACIONAL

Liberaron a la bloguera cubana Yoani Sánchez

Vivió 30 horas de detención. Su testimonio.

"Intentaron desnudarme, resistí y pagué", dijo la desidente cubana al quedar libre.
| Cedoc

La bloguera disidente cubana que había sido detenida en Bayamo al querer cubrir el juicio del político español Ángel Carromero, fue liberada ayer luego de permanecer 30 horas en cautiverio

Al volver a su hogar, Yoani Sánchez relató su versión de los hechos durante su detención, al diario El País del cual es colaboradora. “Intentaron desnudarme, resistí y pagué” relató.

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“Alrededor de las cinco de la tarde del 4 de octubre, un amplio operativo a las afueras de la ciudad de Bayamo detuvo el auto en que viajábamos mi esposo y yo, junto a un amigo”, cuenta la cubana en donde asegura que tenía las mismas dimensiones que uno contra una banda de narcotraficantes.

 

A lo largo de todo su relato, la bloguera disidente compara su situación con la del político español Ángel Carromero. “Vivir en la piel de Ángel Carromero cómo se estructura la presión alrededor de un detenido. Saber en carne propia los intríngulis de un Departamento de Instrucción del Ministerio del Interior”, escribe  Yoani Sánchez.

 

“Lo primero fueron tres mujeres uniformadas que me rodearon y me quitaron el móvil. Hasta allí era una situación confusa, agresiva, pero todavía no tenía visos de violencia. Después, esas mismas fornidas señoras me introdujeron en un cuarto e intentaron desnudarme; me resistí y pagué las consecuencias”, sigue.

 

Sin aceptar nada para comer ni beber, Yoani sólo hizo un pedido durante su detención: poder ir al baño.

 

“Después me llevaron a un calabozo-suite. Había pasado horas en otro que tenía una rara mezcla de barrotes y cortinas, con un terrible calor”, señaló y agregó: "Aquello no era una habitación, era un set. Lo supe de inmediato”

 

Una vez más, la bloguera disidente se puso en la piel de Carromero. "Yo estaba viviendo el deja vú de otro, el recuerdo del escenario en el que transcurrieron los primeros días de detención para Carromero”

 

Finalmente, los captores le dijeron que la iban a trasladar a La Habana. “me costó despegar los párpados y mi lengua parecía salirse de la boca por los efectos de la prolongada sed. Sin embargo, yo sentía que los había vencido”, asegura y finaliza: “Lo mío era solo un tropezón, el gran drama sigue siendo la muerte de dos hombres y el encierro de otro".