La presentación de los cargos por parte de los delegados demócratas va a tomar un par de días, a diferencia del primer juicio político contra Donald Trump el año pasado por las acusaciones de abuso de poder, un proceso que se alargó durante tres semanas.
El objetivo del juicio en el Senado es declarar culpable a Trump para después inhabilitarlo políticamente.
Los demócratas que acusan al expresidente estadounidense de incitar a una insurrección exhibieron este miércoles crudas imágenes de la toma del Capitolio, para ilustrar en el juicio político del exmandatario la desesperación de los oficiales que intentaron controlar la turba y el terror vivido por los congresistas.
En la segunda jornada del proceso, los legisladores demócratas que actúan como fiscales acusaron a Trump de regocijarse con la violencia perpetrada por sus simpatizantes, argumentando que esto fue la culminación de meses de estrategia para desacreditar el proceso electoral.
Acusan a Donald Trump de ser el "incitador en jefe" del asalto al Capitolio
Después de atizar a sus partidarios afirmando que las elecciones fueron robadas, Trump "renunció a su rol de comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una peligrosa insurrección" el 6 de enero, afirmó el legislador demócrata Jamie Raskin, que funge como líder de los fiscales en el proceso en el Senado.
Los demócratas deben convencer a 17 senadores republicanos de que el exmandatario es culpable del cargo de incitación a la insurrección, si quieren reunir la mayoría necesaria para condenarlo, algo que por el momento parece improbable.
Para persuadir a los republicanos -y a los estadounidenses que siguen el proceso- expusieron videos inéditos tomados por las cámaras de seguridad del Capitolio que muestran lo cerca que estuvieron los asaltantes de llegar a donde estaban el entonces vicepresidente, Mike Pence, y muchos senadores y representantes, a los cuales la turba amenazó mientras avanzaba.
"¡Él incitó a la turba contra su propio vicepresidente!", afirmó el representante demócrata Joaquín Castro, mostrando un tuít de Trump que coincide con la hora del asalto en el que el exmandatario critica a su adjunto.
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Después, relató que unos de los asaltantes dijo que esperaba encontrar al vicepresidente para ejecutarlo, colgándolo de un árbol de la colina del Capitolio.
El representante demócrata Eric Swalwell se excusó de la crudeza de algunas imágenes a medida que mostró la magnitud de la violencia. "Parecía una escena de una batalla medieval", contó un efectivo en el video.
Un extracto muestra a miembros del Congreso agachados, esperando a ser evacuados, mientras otros llaman a sacarse los prendedores que los identifican como representantes electos para evitar ser blanco de ataques.
Muchas de las grabaciones ilustran la impotencia de los policías. "Todavía nos están atacando con rocas, botellas y pedazos de banderas y postes", gritó un oficial angustiado, pidiendo refuerzos ante el avance de la turba. Después, otro agente constató: "Perdimos el control".
Antes de los disturbios, Trump se dirigió a sus seguidores cerca de la Casa Blanca y les dijo que las elecciones fueron "robadas", además los incitó a "luchar como el demonio". Luego, la multitud irrumpió en el Congreso para perturbar el proceso de certificación de las elecciones.
Raskin afirmó que el exmandatario "sabía lo que iba a ocurrir y que no estaba para nada sorprendido por la violencia". "Él se regocijó en esto y no hizo nada para ayudarnos", afirmó.
La senadora republicana Lisa Murkowski, que es una crítica habitual del exmandatario, afirmó que la evidencia presentada hasta ahora parece bastante "inculpatoria".
El jefe la mayoría demócrata, Chuck Schumer, calificó las presentaciones de la jornada como "desgarradoras".
Mientras que el senador republicano Mike Lee irrumpió al final de la sesión pidiendo que declaraciones que le fueron atribuidas sobre una supuesta conversación con Trump durante el asalto sean suprimidas de las actas, ya que el legislador afirmó que son falsas.
Trump -que está en Florida tras dejar la Casa Blanca - no comparecerá en el proceso y se mantiene en silencio. Marginado de Twitter y otras redes sociales, tiene pocas vías para expresarse.
Además, es probable que sus abogados le hayan pedido que se mantenga al margen para evitar que algunos republicanos se vuelvan en su contra.
Trump es el primer presidente en la historia en haber enfrentado dos juicios políticos y es el primero en ser procesado después de haber dejado la Casa Blanca.
Una vez que concluyan delegados demócratas de la Cámara de Representantes será el turno de los abogados defensores, que tendrán el mismo tiempo para presentar sus argumentos en el proceso que es encabezado por el senador demócrata Patrick Leahy (tercero en la línea de sucesión presidencial).
Los 100 senadores que actúan como jurado tienen hasta cuatro horas para hacer preguntas.
El objetivo del proceso en el Senado es declarar culpable a Trump para después organizar otra votación para inhabilitarlo políticamente, pero esa chance parece improbable, si se analiza el resultado del voto de ayer para dirimir la constitucionalidad, cuando sólo 6 republicanos votaron con los demócratas.
En caso de condena, el expresidente quedará fuera de otra eventual candidatura, además de que correspondería sacarle la pensión de unos 221.000 dólares anuales, más otros beneficios.
HV / DS