Lluvias torrenciales, huracanes, terremotos, erupciones volcánicas, incendios, catástrofes tan graves y preocupantes como la pandemia, pero que se vieron opacadas por la sorpresa de un virus que se encargó de sumir en la angustia a absolutamente toda la humanidad.
El coronavirus, como todas las enfermedades contagiosas que golpearon a la especie humana, no respetó fronteras ni geográficas ni sociales. Literalmente cambió, sorpresivamente, el destino del planeta, desde que se originó en la ciudad china de Wuhan a fines de 2019.
Los sistemas de salud y sus soportes medico científicos, aún los más poderosos, tuvieron que recurrir al aislamiento social como la medida de protección más segura para evitar el colapso por el Covid-19.
Una verdadera "Blitzkrieg" viral que sorprendió a todos: en cinco meses había infectado a más de tres millones de personas de cerca de 200 países de todo el mundo. Un número que jamás paró de escalar y que por estas horas refiere 1.800.000 mil muertos y más de 82 millones de contagiados.
Los desastres meteorológicos ya devastaban al planeta antes de la llegada de las alteraciones climáticas provocadas por el hombre. No obstante, el aumento de la temperatura en al menos 1,1°C desde que comenzara la era industrial ha incrementado su frecuencia e impacto
Para muchos especialistas, la nueva zoonosis (enfermedad infecciosa que se transmite de los animales a los seres humanos) forma parte de un ciclo natural negativo en el que el hombre es, directa o indirectamente, responsable. Como lo es de la crisis climática global, que durante 2020 marcó récords en números y dimensión de desastres asociados.
Las pérdidas económicas causadas por desastres naturales y siniestros provocados por el hombre se estiman en 187.000 millones de dólares, según una primera estimación de la reaseguradora suiza Swiss Re. Inundaciones, tormentas, granizadas, incendios, las pérdidas se incrementaron definitivamente.
Por ejemplo, la temporada de huracanes en el Atlántico Norte hizo que las pérdidas cubiertas por las aseguradoras escalaran a 20.000 millones de dólares. Aunque la cifra es menor que en anteriores años ya que los fenómenos meteorológicos afectaron a zonas menos densamente pobladas.
Los diez desastres climáticos más costosos de 2020 alcanzaron casi un monto de 150.000 millones de dólares, según la agencia AFP, en daños asegurados, una cifra mayor que en 2019, lo que refleja el aumento del impacto del calentamiento global.
Los países más pobres han pagado el mayor precio, con apenas el 4% de las pérdidas económicas provocadas por catástrofes climáticas extremas aseguradas, contra el 60% en los países ricos, de acuerdo a un informe que cita un reciente estudio publicado por la revista médica británica "The Lancet".
La temporada récord de huracanes en el Atlántico, con 30 tormentas relevantes, algo sin precedentes, causó al menos 400 muertes y 41.000 millones de dólares en daños en Estados Unidos, Centroamérica y Caribe, según la organización benéfica, de origen británico, Christian Aid.
Entre otros daños importantes en 2020, la ONG fundada en 1945 especializada en ayuda ante desastres, destacó dos tormentas que asolaron a Europa, con unos 5.900 millones de dólares en daños: 'Ciara' en el Reino Unido e Irlanda, en febrero, y 'Alex' en Francia e Italia, en octubre.
El aumento de desastres climáticos coincide con las previsiones de los científicos, y los avances en los últimos años que permiten evaluar la frecuencia de acontecimientos meteorológicos como consecuencia del calentamiento global.
El acuerdo de París (COP21) prevé limitar el calentamiento por debajo de los 2°C, si es posible 1,5°C respecto a la era preindustrial, pero los compromisos por parte de los Estados para reducir la emisión de gases de efecto invernadero todavía son insuficientes para lograr este objetivo
Los incendios productos de las sequías sacudieron a las comunidades del oeste de Estados Unidos. Más de cuatro millones de acres se perdieron en todo California, casi duplicando el récord anterior de casi dos millones de acres establecido en 2018. Australia y el Amazonas también presentaron cifras récord de incendios, aunque en el caso del pulmón verde sudamericano, casi todos intencionales.
En 2020, la Argentina también rompió todas las marcas en cantidad de tierra afectada por el fuego. Superó los 69.600 focos acumulados desde el 1° de enero, con lo que alcanzó el pico máximo anual registrado de manera satelital en las últimas dos décadas.
Terremotos y erupciones volcánicas también sacudieron al mundo teniendo sus capítulos más graves en Croacia, hace unos días, con un sismo de una magnitud de 6,4 en la escala de Richter, con epicentro a 50 km. al sureste de la capital, Zagreb. El otro fue en el Mar Egeo y afectó, con su magnitud de 7,0, a Turquía y a Grecia, provocando decenas de muertos y cientos de heridos, además de importantes daños.
Las noticias y las imágenes de 2020 que la Humanidad nunca olvidará
Pero en medio de tanta desolación ecológica, surgió el dato de que se redujo de la contaminación atmosférica experimentada en las grandes ciudades, producto del aislamiento y a la drástica disminución del tráfico motor. Donde más se pudo apreciar este particular fenómeno, fue en los primeros países donde la peste se presentó: China, Italia y España. Los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) bajaron su media a alrededor de un 60 % con respecto a los valores habituales durante los meses de marzo y abril (una marca sin antecedentes desde que empezó a controlarse la concentración de NO2).
En la Argentina, un informe elaborado por el Centro de Investigación del Medioambiente (CIM) perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), estableció que, a un mes de iniciado el aislamiento social preventivo y obligatorios, los gases contaminantes se redujeron en un 62% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en un 52% en la zona céntrica de La Plata.
HV / DS