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Los empresarios brasileños siguen fieles a Jair Bolsonaro

A poco más de una semana de las elecciones, gran parte del sector productivo, en particular el agronegocio, que aporta el 28% del PBI por sí solo, sigue firme en su apoyo al presidente, tanto por respaldo a sus políticas privatizadoras y de reforma laboral y previsional, como por un fuerte rechazo hacia el “intervencionismo” que creen que aplicaría un gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Algunos de ellos han sido investigados por la Justicia por especular, en un grupo de whatsapp, con un golpe de Estado si el capitán llegase a perder los comicios. Pero hay importantes disidencias.

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Mensaje. Los empresarios agrícolas son los más encolumnados. Temen que Lula aplique retenciones. | afp

Los empresarios brasileños continúan apoyando al presidente Jair Bolsonaro en vísperas de las elecciones de octubre, aunque su gestión ha generado reservas, porque están más preocupados ante la eventualidad de un nuevo gobierno de Lula da Silva que anule reformas aprobadas este año e imponga retenciones a las cuantiosas exportaciones agrícolas. 

El mandatario ultraderechista concentra el 62% de la intención de voto del empresariado, lejos del 24% de su rival, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, según un sondeo del Instituto Datafolha difundido el jueves. Esa preferencia contradice la del electorado en general. 

Los empresarios valoran especialmente el avance en la agenda económica del gobierno de Bolsonaro, quien prometió en 2018 achicar el Estado, destacan analistas. Liderada por el ministro Paulo Guedes, esa política se refleja en privatizaciones, como la de la compañía eléctrica Eletrobras, y numerosas concesiones, como la otorgada en saneamiento a la empresa Aguas do Rio.  

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Los empresarios apreciaron, además, la reforma del sistema de pensiones y el impulso de una reforma tributaria, pendiente en el Congreso. “Prefiero una agenda liberal, porque la iniciativa privada es la que genera empleos e impulsa la economía”, sostiene, sin revelar su voto, Joao Cox, miembro de consejos directivos de varias compañías, como Embraer.

Repunte económico. Los pequeños empresarios valoran, por su parte, que Bolsonaro se opusiera a los cierres por el Covid, que mató a más de 685.000 personas en Brasil, según Daniela Campello, especialista en ciencia política de la Fundación Getulio Vargas. El repunte económico pospandemia también juega a favor del presidente en este sector. La mayor economía latinoamericana creció un 4,6% en 2021 tras caer en 2020, y el mercado proyecta una expansión del 2,65% este año.

El empresariado, además, ve con recelo la alternativa a Bolsonaro: un 70% rechaza al expresidente Lula (2003-2010), según Datafolha. Las preocupaciones aluden a “un mayor intervencionismo económico y su compromiso con los trabajadores”, incluso con promesas de revisar la reforma que flexibilizó algunos derechos laborales en 2017, analiza Campello.

Por sectores, el agronegocio sigue siendo el gran bastión bolsonarista. En los festejos del Día de la Independencia, el 7 de septiembre, una columna de tractores participó en el tradicional desfile militar en Brasilia. Y el principal donante particular de la campaña de Bolsonaro, poco menos de doscientos mil dólares, es el productor de granos Oscar Cervi.  

El sector, que aporta casi el 28% del PBI, destaca avances en infraestructura logística y un buen desempeño pese a la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, dice Luiz Carlos Correa Carvalho, presidente de la Asociación Brasileña del Agronegocio.  

El grupo de fieles al presidente incluye, además, un puñado de empresarios –con el millonario Luciano Hang a la cabeza–, investigados por el STF tras conversaciones a favor de un golpe de Estado en caso de derrota electoral. 

En contra. Pero también hay detractores. Por ejemplo, Luis Stuhlberger, un exitoso empresario, quien aseguró que “nunca más” votará al “psicópata” Bolsonaro. “El apoyo del empresariado está más dividido” ahora que en 2018, explica Christopher Garman, director ejecutivo para las Américas de Eurasia Group.  

Grandes asociaciones empresariales, entre ellas las de la industria automotriz, química y de comercio exterior, se manifestaron “apartidarias”, tras apoyar públicamente a Bolsonaro en el pasado.   

También hubo gestos atípicos, como la difusión de un manifiesto en defensa de la democracia como respuesta a los ataques de Bolsonaro al sistema electoral por parte de la Federación de Industrias de Sao Paulo (Fiesp) y rubricado por la Federación de Bancos Brasileña (Febraban). 

Según Garman, Bolsonaro perdió además “credibilidad por su manejo fiscal (aumentando el gasto) y una pésima reputación internacional por cuestiones ambientales”. Eso, dice el analista, acabó inclinando a algunos líderes de multinacionales e inversores extranjeros hacia Lula.

 

Clima de violencia sacude el tramo final de la campaña

Agencias

Preocupa a analistas en Brasil que a una semana de la primera vuelta de las elecciones, a medida que las encuestas confirman la posibilidad de un triunfo en esta instancia de Lula da Silva, la retórica belicista del presidente Jair Bolsonaro se esté incrementando. En el trasfondo de esa preocupación está la fascinación del capital retirado por su admirado Donald Trump, que todavía rechaza el resultado de las elecciones que en perdió frente a Joe Biden y sostiene que él fue el verdadero ganador. Los violentos episodios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio se explican en gran parte por esa retórica. 

Brasil ya ha asistido a violencia en la campaña. Dos seguidores de Lula murieron, en dos episodios diferentes, atacados por bolsonaristas. En varios mitines hubo violencia. 

“Antiguamente, ir a las calles a pedir el voto era una fiesta de la democracia. Hoy, nosotros los candidatos estamos en riesgo”, tuiteó la senadora Soraya Thronicke, candidata por el pequeño partido Uniao Brasil. “Brasil no puede escurrirse por esa cloaca ideológica”, agregó. 

Voto útil. Según la última encuesta, de Datafolha, Lula tiene el 47% de las intenciones de voto, frente al 33% de Bolsonaro.  El 4% de los encuestados respondió que votará nulo o en blanco y el 2% no sabe. Como la legislación brasileña solo toma en cuenta los votos válidos,  el expresidente y líder del PT podría superar el 50% que le permitiría evitar el balotaje. 

Este avance de Lula, advirtió el analista Adriano Laureno, se debe en parte a “errores” cometidos por Bolsonaro, como su polémico viaje al exterior durante el cual acudió al funeral de la reina Isabel II y “una articulación bastante efectiva del PT Lula para conseguir el voto útil.

Pese a estas cifras, en un acto en Manaos, capital de Amazonas, Bolsonaro dijo que las encuestas mienten, reiteró que va a ganar en primera vuelta y reveló que el domingo 2 de octubre habrá militares en el búnker de la justicia electoral donde se realiza el escrutinio. “Nadie sabe lo que ocurre en esa sala”, disparó.    

Frente a este panorama, crece la presión sobre uno de los candidatos de la “tercera vía”, Ciro Gomes, para que desista de su postulación y permita que todo se defina el domingo 2 de octubre con cifras claras, para evitar episodios de violencia. Días atrás, exdirigentes y figuras de la izquierda latinoamericana le mandaron una carta abierta al “compañero Ciro” para que se retire, porque “ la elección de fondo no será entre Jair Bolsonaro y Luiz Inácio “Lula” da Silva, sino entre fascismo y democracia”.

Pero Gomes, con viejos resentimientos hacia Lula, en cuyo gobierno fue ministro, no parece inclinado a retirarse y, de hecho, acusó al presidente de “fascistoide”. Para el candidato del Partido Democratico Trabalhista (PDT), en Brasil “hay un fascismo de derecha y un fascismo de izquierda, liderado por el PT”.