INTERNACIONAL
el martes

Los israelíes votan en las cuartas elecciones en menos de dos años

La disputa es entre Benjamin Netanyahu y varios candidatos del centro y la derecha. El premier basó su campaña en destacar la exitosa vacunación contra el coronavirus.

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Rivales. Netanyahu, del partido Likud, y su principal rival, el centrista Yair Lapid. ex conductor de TV. | afp

Los israelíes están convocados a votar el martes, en los cuartos comicios en menos de dos años, que se presentan tan reñidos como los tres anteriores y probablemente los más extraños de su historia, marcados por la pandemia y por la exitosa campaña de vacunación. 

Podrán participar también los colonos de la Cisjordania ocupada y los árabes de la Jerusalén Este anexionada, luego de una campaña en la que tanto el primer ministro Benjamin Netanyahu, como sus principales rivales, compitieron en torno a quien representaba la “vedadera” derecha. 

Gracias a una ambiciosa campaña de vacunación, que permitió que casi el 50% de la población, alrededor de dos tercios del electorado, haya recibido ya las dos dosis de la vacuna, el país empezó a desconfinarse, pero los candidatos no pudieron organizar mítines electorales a causa de las medidas sanitarias. 

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Los actor fueron por videoconferencia, en redes sociales y en las radios locales, y el acceso de la prensa fue limitado en los pocos eventos realizados con los electores. 

En un último impulso antes del día D, el jefe de la oposición, el centrista Yair Lapid, tuvo un encuentro el viernes con simpatizantes en la ciudad de Hod Hasharon. Los candidatos de extrema derecha Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, por su parte, visitaron el mercado Mahan Yehuda de Jerusalén.

¿Suficiente? Antes de reunirse con simpatizantes en Raanana, al norte de Tel Aviv, Netanyahu ayudó a una ONG a preparar paquetes de alimentos para personas desfavorecidas de cara a la pascua judía,  Pesaj, que empieza a finales de la semana próxima. “¡Para Pésaj estaremos todos vacunados!”, prometió en un video publicado en Facebook, en el que aparece llenando cajas. 

Tras las últimas elecciones, el primer ministro intentó, en vano, formar gobiernos de derecha estables, prometiendo que anexionaría zonas de Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967, un desafío clave para gran parte de los votantes de la derecha. 

Pero esta vez, “Pfizer le ha quitado el lugar a la anexión”, como explica la analista política israelí Dahlia Scheindlin, que subraya el énfasis que puso el primer ministro en la amplia campaña de vacunación anticovid iniciada en diciembre gracias a un acuerdo con el gigante farmacéutico estadounidense.

Netanyahu, que lleva 12 años en el poder de forma ininterrumpida, está acusado por la justicia de corrupción y de malversación en una serie de casos, lo que alimenta el descontento de la población e, incluso, de parte de su partido.

“La vacuna le ayuda pero ¿será suficiente?”, se pregunta Gideon Rahat, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Claramente, la vacuna continúa siendo su baza electoral, habla de las vacunas todos los días, quiere que la gente hable de ello. Para él, se trata de ‘vacunas, vacunas, vacunas’, hasta el punto que podríamos pensar que ha sido él quien ha vacunado a la población”, afirma Rahat. 

Derecha en guerra. En las últimas tres campañas electorales, Benjamin Netanyahu, de 71 años, se enfrentó principalmente al mismo contrincante: el ex jefe del ejército Benny Gantz, un político de centro-derecha.  Pero después de tres duelos sin un claro ganador, ambos decidieron formar un gobierno de unión la pasada primavera boreal, que solo duró algunos meses. Al final, la estrella política de Benny Gantz se acabó apagando. 

Ahora, Netanyahu pretende erigirse como el único candidato de la “verdadera derecha”, tal y como recalcó el jueves por la noche, para vencer a sus principales rivales: Yair Lapid, el jefe de la oposición de centro; el conservador Gideon Saar, ex militante del Likud que formó su partido “Nueva esperanza”  y el barón de la derecha radical Naftali Bennett. 

“Netanyahu es verdaderamente bueno para llevar a cabo campañas negativas contra un candidato, pero tener ante él a varios candidatos hace que las cosas sean mucho más difíciles”, cree Rahat.

En la actualidad, ni los partidos pro-Netanyahu (Likud y las formaciones religiosas) ni los partidos anti-Netanyahu (izquierda, centro y parte de la derecha) lograrían suficientes apoyos como para formar un ejecutivo, lo que da a Naftali Bennett (que todavía no se ha manifestado a favor de nadie) una importancia clave a la hora de formar un futuro gobierno.