Rangún - La junta militar de Myanmar prohibió hoy el encuentro entre el observador de Naciones Unidas, Ibrahim Gambari, y la opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, luego de dos semanas de protestas contra el gobierno que causaron al menos 20 muertos.
En tanto, en la jornada de hoy continuaron los enfrentamientos que dejaron un saldo de un niño muerto y nuevos heridos. A raíz de otros incidentes, un grupo de heridos con disparos de bala ingresaron en el Hospital Kyimyindine de Yangon, informó radio Mizzima.
La reunión era calificada como “crucial” para alcanzar una solución pacífica a la represión ejercida por el gobierno militar birmano, informó el diario británico The Time, citando a un funcionario que quiso mantener el anonimato. El mismo vocero, citado por Europa Press, también indicó que lo que Gambari "tiene que hacer es estar preparado para provocar una crisis, y con las apuestas tan altas, le resultará difícil evitarla".
"Lo que es esencial, es que Naciones Unidas mantenga vivos los problemas de fondo por los que los monjes han protestado", citó el prestigioso peródico de Reino Unido. Así, la principal misión de Gambari es conseguir que la Junta reduzca los precios de combustible que subió de forma abusiva hace unas semanas y que detonaron las protestas pacíficas encabezadas por los monjes budistas.
"Los generales de la Junta intentan decirnos que estas protestas son, simplemente, un error en el sistema, pero volver a la situación anterior es imposible", apuntó el oficial. Voceros de ONU habían señalado que Gambari tenía la intención de reunirse con líderes religiosos, presos políticos y con Suu Kyi, que lleva más de cuatro años bajo arresto domiciliario en la
ex Birmania.
"Espero entrevistarme con todos aquellos con los que necesito reunirme", había declarado Gambari a los periodistas antes de llegar a Rangún. Las mismas fuentes indicaron que el observador internacional voló directamente desde la metrópolis portuaria de Rangún a Naypyidaw, 300 kilómetros más al norte, donde hace dos años la Junta Militar trasladó la sede del gobierno.
Con respecto a los conflictos de la jornada, las fuerzas de seguridad locales detuvieron a unos 40 manifestantes que se agrupaban ante el hotel de Rangún donde Gambari tiene previsto alojarse, informó la agencia alemana DPA. Durante los disturbios, los militares cercaron a los manifestantes y después los condujeron en camiones a un lugar desconocido. A su vez, miles de personas encabezadas por un grupo de monjes budistas marcharon hoy en forma pacífica por la ciudad de Pakokku, 500 kilómetros al norte de Rangún, una de las principales ciudades de Myanmar, en el sudeste de Asia.
La protesta contra la junta militar birmana que gobierna esta pequeña ex colonia británica fue liderada por un millar de monjes, dijeron testigos, citados por la agencia italiana ANSA. Según esos testigos citados por los medios, cientos de soldados patrullan las calles y otros tantos están atrincherados en puntos estratégicos de la ciudad, a la espera de más protestas contra la
Junta Militar.
El enviado tenía como principal objetivo el de tratar de solucionar por la vía pacífica el conflicto provocado por la cruenta represión de las manifestaciones populares contra el régimen militar. El emisario precisó que llevará a las autoridades birmanas "un mensaje del secretario general (de la ONU, Ban Ki-moon) que corresponde a la posición del Consejo de Seguridad y la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático)".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, decidió el miércoles enviar un emisario de urgencia ante el deterioro de la situación en Birmania, donde las manifestaciones pacíficas en contra de la junta militar fueron reprimidas violentamente, provocando hasta ahora al menos 13 muertos, entre ellos un periodista japonés. Pero estas cifras oficiales podrían no corresponder a la realidad, puesto que el primer ministro británico, Gordon Brown, y fuentes diplomáticas occidentales han reconocido que el número de víctimas puede ser "mucho mayor".
Según publicó hoy el diario japonés Yomiuri, el gobierno nipón exigirá a las autoridades birmanas que castiguen a los responsables de la muerte del periodista de esa nacionalidad. En un hecho insólito, la ASEAN mostró el jueves su indignación por la situación en Birmania, cuando normalmente no se inmiscuye en los asuntos internos de otros países, y "exigió" al gobierno birmano el "cese inmediato de la violencia".
Por otra parte, la oposición anunció que hoy continuarán las manifestaciones de protesta en todo el país contra la dictadura militar. "Estamos dispuestos a bajar a las calles de nuevo. Volveremos a hacerlo una y otra vez y tenemos la esperanza de que la protestas se intensifiquen en las próximas horas", dijo un militante opositor.
La primera ciudad del país, Rangún, está tomada por las fuerzas de seguridad y las calles que dan a las principales pagodas están cortadas. Varias divisiones del ejército han sido trasladadas a esta ciudad. Unos 20 vehículos militares patrullan el barrio donde se encuentra la pagoda Sule, el principal foco de violencia en los últimos días. Las calles están desiertas y los comercios cerrados. La junta militar volvió ayer a reprimir la protesta popular, liderada al inicio por los monjes budistas, dispersando las manifestaciones convocadas y cortando el acceso a internet.
Fuente: AFP y Télam