“Estamos bien en el refugio, los 33”, fue el mensaje que blandió con euforia el presidente Sebastián Piñera desde la boca de la mina San José, en Copiapó, el 22 de agosto. Tan sólo ese puñado de palabras redactadas por los mineros desde las profundidades de la tierra bastaron para que la aprobación del primer mandatario trepara hasta el 56%, su máximo nivel desde que asumió seis meses atrás.
Así, el jefe de Estado chileno aumentó diez puntos su popularidad porque, en medio de la tragedia, logró plasmar una imagen de eficiencia que bautizó como la “nueva forma de gobernar”, eslogan proclamado por todo el país durante la campaña que lo llevó al Palacio de la Moneda.
Así, la suerte del primer gobierno de derecha desde el retorno de la democracia quedó atada a la vida de los 33 trabajadores enterrados hace un mes bajo el desierto de Atacama. Con la presencia estelar del ministro de Minería, Laurence Golborne y del jefe de la cartera de Salud, Jaime Mañalich, el Ejecutivo puso todas sus energías en rescatar a los mineros y capitalizar políticamente la situación.
Luego de que el gobierno comunicó que había vida a 700 metros bajo tierra, Golborne alcanzó, según la encuestadora Adimark, un histórico 91% de aprobación, luego de arrancar su gestión con duras críticas por viajar al Mundial de Fútbol de Sudáfrica cuando miles de chilenos aún sufrían las consecuencias del devastador terremoto del 28 de febrero. Por su parte, Mañalich alcanzó el 56% de popularidad, aumentando en 11 puntos sus dígitos.
El que mejor explicó este súbito repunte del gobierno chileno fue el politólogo Patricio Navia, que calificó al presidente como un minero más. “Para aprovechar exitosamente esta coyuntura, Piñera bien pudiera pensarse como el 34 minero. En vez de centrar la atención en su persona y su liderazgo, si convierte esta odisea en un proyecto colectivo, entonces podrá cosechar ganancias de largo plazo en su aprobación”, escribió el profesor de la New York University en el diario La Tercera.
Con los festejos del Bicentenario en el horizonte y para consolidar la imagen positiva de los últimos días, el gobierno planea multitudinarios actos en todo el país el 18 de septiembre, una fecha en la que los mineros cantarán el himno al unísono bajo tierra y con el resto de los ciudadanos en una emocionante celebración.