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Los Nobel de la Paz denunciaron la invasión “insensata y criminal” de Putin a Ucrania

La ucraniana Oleksandra Matviichuk, el ruso Yan Rachinski y Natalia Pinchuk, la mujer del bielorruso Ales Beliatski, que actualmente está preso en su país, recibieron ayer sus galardones en Oslo, con duras palabras hacia el jefe del Kremlin, que lanzó la guerra a su vecino en febrero de este año. En el campo de batalla, además de los constantes bombardeos de las fuerzas de Moscú sobre la infraestructura energética ucraniana, siguen los furiosos combates en la región del Donbás, donde, según el presidente Volodimir Zelenski, “no queda ningún lugar para vivir que no haya sido dañado por los proyectiles o el fuego”.

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Desde el balcón. Rachinsky, Pinchuk (esposa del encarcelado Beliatski) y Matviichuk, ayer en la capital noruega. | afp

Los ganadores de Ucrania, Rusia y Bielorrusia del premio Nobel de la Paz rechazaron la guerra “insensata y criminal” de Vladimir Putin, al recibir ayer el prestigioso galardón en Oslo.

Originarios de los tres principales países involucrados en el conflicto, el militante bielorruso Ales Beliatski –encarcelado en su país–, la ONG rusa Memorial –disuelta por la Justicia– y el Centro para las Libertades Civiles (CCL) de Ucrania fueron laureados por su compromiso en favor “de los derechos humanos, la democracia y la coexistencia pacífica” frente a las fuerzas autoritarias.

“El pueblo de Ucrania quiere la paz más que nadie en el mundo”, declaró la directora del CCL, Oleksandra Matviichuk, en la ceremonia de entrega. “Pero la paz para un país atacado no se consigue deponiendo las armas. Eso no sería paz, sino ocupación”, agregó.

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Creado en 2007, el CCL informa sobre los crímenes de guerra de las tropas rusas y prorrusas en Ucrania. Tras los bombardeos rusos contra las infraestructuras energéticas ucranianas, Matviichuk tuvo que escribir su discurso de agradecimiento del Nobel a la luz de una vela, reveló en una entrevista antes de la ceremonia.

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En nueve meses de invasión rusa, el CCL contabilizó “más de 27 mil episodios” de crímenes de guerra, según ella, y esto es “solo la punta del iceberg”. “La guerra transforma a la gente en números. Tenemos que devolverles un nombre a todas las víctimas de los crímenes de guerra”, dijo.

“Aspiraciones imperiales” de Putin. Con la voz quebrada por la emoción, Matviichuk pidió una vez más la creación de un tribunal internacional para juzgar a “Putin (su aliado, el dirigente bielorruso Alexander) Lukashenko y a otros criminales de guerra”.

El presidente de Memorial, el ruso Yan Rachinski, denunció por su parte las “aspiraciones imperiales” en su país, herederas de la URSS. La Rusia de Putin ha tergiversado el sentido histórico de la lucha antifascista “en beneficio de sus propios intereses políticos”, dijo.

Ahora, “resistirse a Rusia equivale al fascismo”, insistió. Esta distorsión proporciona una “justificación ideológica a la insensata y criminal guerra de agresión contra Ucrania”, dijo, pese a la prohibición impuesta en Moscú de criticar públicamente la invasión.

En una entrevista con la BBC, Rachinsky reveló que desde el Kremlin le pidieron que no aceptara el premio, porque los otros dos galardonados eran “inapropiados”. “Naturalmente, no tomamos en cuenta el consejo”, agregó. 

Rachinsky dijo que el trabajo de Memorial es esencial, a pesar de los riesgos que corre. “En la Rusia de hoy no está garantizada la seguridad de nadie. Muchos han sido asesinados, pero ya sabemos cómo termina la impunidad de un estado”. 

 

Memorial, que fue fundada en 1989, se dedicó a denunciar los crímenes cometidos durante el período estalinista de la Unión Soviética, además de alertar sobre las violaciones de derechos humanos en Rusia. Su primer presidente, Arseny Roginsky, fue enviado a un campo de trabajos soviético por sus estudios históricos “anticomunistas”. 

La Justicia rusa disolvió a finales de 2021 esta ONG y decidió requisar sus oficinas el 7 de octubre de este año, el mismo día en que le dieron el Nobel de la Paz. “Actualmente, el número de presos políticos en Rusia es superior al número total en toda la Unión Soviética a principios del período de la perestroika en los años 1980”, alertó Rachinski.

“Una dictadura esclava”. El tercer galardonado, el activista bielorruso Ales Beliatski, fundador de la ONG de defensa de los derechos humanos Viasna, está en la cárcel desde julio de 2021. Beliatski se enfrenta a doce años de prisión después de que la Fiscalía de Bielorrusia le haya acusado de contrabando. 

Según la Fiscalía, los acusados “actuaron como parte de un grupo organizado desde el 4 de abril de 2016 hasta el 14 de julio de 2021” y trasladaron “grandes cantidades de dinero en efectivo retiradas en Lituania a través de la frontera aduanera de la Unión Económica Euroasiática”.

A la espera del juicio en el que puede ser condenado a 12 años de cárcel por “contrabando” a favor de la oposición del régimen represivo de Lukashenko, este militante de 60 años no estuvo autorizado a transmitir un discurso de agradecimiento por el Nobel. En su nombre, su esposa, Natalia Pinchuk, tuvo que limitarse a repetir algunas de sus palabras, especialmente las que hacen referencia a la lucha contra “la internacional de las dictaduras”. 

En Ucrania, Rusia quiere establecer “una dictadura esclava, la misma cosa que en la Bielorrusia actual, donde la voz del pueblo oprimido es ignorada, con bases militares rusas, una gran dependencia económica, una rusificación de la cultura y la lengua”, dijo.

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“La bondad y la verdad deben poder protegerse”, añadió.

Guerra. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo en su discurso nocturno del viernes que grandes extensiones de la región oriental de Donbás habían resultado significativamente dañadas por los bombardeos rusos. “La situación de primera línea sigue siendo muy difícil en las áreas claves de Donbás: Bakhmut, Soledar, Maryinka, Kreminna. Durante mucho tiempo, no queda ningún lugar para vivir en la tierra de estas áreas que no haya sido dañado por los proyectiles y el fuego”, dijo Zelenski.

“Los ocupantes de hecho destruyeron Bakhmut, otra ciudad de Donbás que el ejército ruso convirtió en ruinas quemadas”, agregó. Los comentarios del presidente se producen después del bombardeo sostenido de la línea del frente en Donetsk durante todo el viernes.

Fuentes militares rusas también afirmaron ayer haber conquistado posiciones en Donetsk, así como avances entre las ciudades de Lyman y Kreminna en la vecina provincia de Lugansk. Las fuerzas rusas controlan gran parte de Donetsk y lo han reclamado ilegalmente como territorio ruso tras un referéndum “falso”.

Zelenski también agradeció a los soldados y comandantes que han estado luchando en la línea del frente y cómo continúan “manteniendo el frente en estas direcciones, rechazando los ataques e infligiendo pérdidas significativas al enemigo”.