La publicación en Gran Bretaña de documentos confidenciales de la app de transporte Uber muestra tácticas éticamente cuestionables y potencialmente ilegales que la compañía usó para impulsar su expansión global hace casi una década, reveló este domingo una investigación periodística conjunta.
Los "Uber Files" (Archivos de Uber) son de 124.000 documentos de entre 2013 y 2017, inicialmente obtenidos por el diario británico The Guardian y luego compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
La investigación realizada entre docenas de medios revela que representantes de la compañía sacaron provecho de la reacción a veces violenta del gremio de los taxis contra sus conductores para obtener respaldo y evadir a las autoridades regulatorias, conforme buscaba conquistar nuevos mercados.
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Los documentos incluyen intercambios de mensajes de texto y correos electrónico entre ejecutivos, uno de ellos su cofundador y antiguo presidente Travis Kalanick, quien tuvo que renunciar en 2017 por acusaciones de prácticas brutales de gerencia y múltiples episodios de acoso sexual y psicológico dentro de la compañía.
"La violencia garantiza el éxito", le escribió Kalanick a otro de los líderes de la empresa a medida que impulsaba una contraprotesta en medio de las manifestaciones de París en 2016 contra la llegada de Uber al mercado.
La veloz expansión de Uber se soportó en los subsidios a conductores y en descuentos en tarifas que hicieron mella en el gremio de los taxis, y "a menudo sin procurar licencias para operar como un taxi", informó The Washington Post, uno de los medios que participó en la investigación.
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Los conductores de Uber de Europa y América enfrentaron violentas represalias de los taxistas que los veían como una amenaza a su medio de vida.
La investigación halló que "en algunas instancias, cuando los conductores eran atacados, los ejecutivos de Uber reaccionaban rápido para capitalizar" la búsqueda de respaldo regulatorio y de la opinión publica, dice el Washington Post.
Según The Guardian, Uber adoptó tácticas similares en países europeos como Bélgica, Países Bajos, España e Italia, movilizando a conductores y alentándolos a denunciar ante la policía cuando fueran víctimas de violencia, con el objetivo de usar el cubrimiento mediático para obtener prerrogativas de las autoridades.
La investigación también acusa a Uber de haber trabajado para evadir investigaciones regulatorias sacando provecho de una ventaja tecnológica.
El Washinton Post describió el momento en que Kalanick implementó un "interruptor de emergencia" para de manera remota eliminar el acceso a sistemas internos de Uber en dispositivos de una de sus oficinas en Ámsterdam durante una inspección de las autoridades.
"Por favor presiona el interruptor de emergencia inmediatamente", escribió el ejecutivo a un empleado vía correo electrónico. "El acceso debe apagarse en AMS (Ámsterdam)".
Las investigaciones tocaron a Emmanuel Macron
Los archivos mostraron, además, que cuando Uber hacía lobby con gobiernos para ayudar a su expansión, encontró en Emmanuel Macron, ministro de Economía entre 2014 y 2016, a un aliado en Francia.
La compañía creía que Macron alentaría a los reguladores "a ser 'menos conservadores' en su interpretación de las normas que limitan la operación de la compañía", afirma el Washinton Post.
Macron fue abiertamente partidario de Uber y de la idea de convertir Francia en una "nación de emprendimientos" en general, pero los documentos filtrados sugieren que el respaldo del entonces ministro controvertía con las políticas de izquierda del gobierno.
Según el diario francés Le Monde, que participó de las investigaciones, existía un "acuerdo" secreto entre Macron y Uber, con reuniones en el despacho del ministro y numerosos intercambios (reuniones, llamadas o SMS) entre los equipos de Uber France y el ministro o sus asesores.
Según los documentos, el entonces ministro sugirió a los directivos de la firma enviar enmiendas "llave en mano" a un diputado confiable, Luc Belot, y posteriormente ayudó a la compañía a trabajar "sorteando" una ley de 2014 que les ponía trabas.
En tanto, el antecesor de Macron en Economía, Arnaud Montebourg, acusaba a Uber de "destruir las empresas", mientras que el titular de Interior (departamento responsable de los taxis), Bernard Cazeneuve, tampoco miraba con buenos ojos a una empresa que amenazaba con dejar sin trabajo a muchos conductores de taxis.
Las revelaciones desataron indignación entre políticos de izquierda de Francia, que denuncian los vínculos entre Uber y Macron como contra "todas nuestras normas" y como un "saqueo al país".
Mathilde Panot, presidenta del grupo parlamentario de Francia Insumisa (izquierda radical), denunció en Twitter un "saqueo del país".
Macron era a la vez "asesor y ministro de François Hollande y lobista de las multinacionales estadounidenses que pretenden desregular permanentemente la legislación laboral", agregó.
El líder del Partido Comunista, Fabien Roussel, se refirió por su parte a "revelaciones abrumadoras sobre el papel activo desempeñado por Emmanuel Macron, entonces ministro, para facilitar el desarrollo de Uber en Francia", "en contra de todas nuestras normas, de todos nuestros logros sociales y de los derechos de los trabajadores".
Uber culpó a su exejecutivo Travis Kalanick
Una portavoz de Kalanick negó tajantemente los hallazgos, argumentando que él "nunca sugirió que Uber se aprovechara de la violencia a expensas de la seguridad de sus conductores". La compañía, sin embargo, culpó al liderazgo de Kalanick, cuyos "errores" ya fueron hechos público.
"Nos hemos movido de una era de confrontación a una de colaboración, demostrando una voluntad de sentarnos a la mesa y encontrar puntos de acuerdo con antiguos opositores, incluyendo los sindicatos y las compañías de taxis", dijo Uber, que destacó que a su reemplazo, Dara Khosrowshahi, "se le encomendó la tarea de transformar cada aspecto de cómo opera Uber".
La portavoz de Kalanick, Devon Spurgeon, dijo que el ejecutivo "nunca autorizó ninguna acción o programa que obstruyera la justicia en ningún país". Y agregó que "nunca fue acusado en ninguna jurisdicción por obstrucción a la justicia u otro delito relacionado".
Sin embargo, la investigación señala que las acciones de Uber son ilegales y que sus ejecutivos lo sabían, citando a uno de ellos bromeando con el hecho de que se habían vuelto "piratas".
© Agence France-Presse