Dinamarca decidió sacrificar rápidamente de visones para luchar contra la pandemia de covid-19, debido a una mutación del virus transmisible a los humanos, pero incluso después de muertos y enterrados, resurgen de sus tumbas bajo los efectos de los gases de descomposición. El fenómeno se produjo en un terreno militar cerca de Holstebro, en una de las fosas improvisadas donde se enterró a los animales sacrificados, según imágenes transmitidas por la televisión pública DR.
Los cadáveres de los visones, que salieron a la superficie bajo la presión acumulada de los gases de descomposición, están recubiertos sólo por una fina capa de cal y de una tierra muy arenosa, que habría facilitado el fenómeno según la policía local. El ministerio de Medioambiente y de Agricultura afirmó que los visones están enterrados a entre un metro y medio y dos metros. Pero según la TV danesa, solo estaban a un metro de profundidad en este campo.
Millones de visones muertos arrojados a fosas comunes han vuelvo a aparecer en la superficie en Dinamarca, lo que provocó una nueva ola de acusaciones sobre la forma en que el país está manejando la crisis.
Para el ministerio, la reaparición de los cadáveres es "un problema temporal ligado al proceso de descomposición de los animales". "El Estado juega con nuestra naturaleza y la utiliza como un vertedero", lamentó Leif Brogger, un consejero municipal de Holstebro, citado el miércoles por el diario Jyllands-Posten.
Hans Christian Osterby, alcalde socialdemócrata de la ciudad de Holstebro, en el oeste de Dinamarca, dijo que la forma en que fueron enterrados los visones fue “completamente incorrecta”, en una entrevista con el canal TV2. También criticó a las autoridades por enterrar a los animales en su municipio, sin solicitar primero el consentimiento.
Fotos y videos compartidos en las redes sociales dieron lugar a múltiples comentarios: un internauta en Twitter calificó 2020 de "año de los visones mutantes zombis asesinos". Los animales que resurgen fueron además enterrados a 200 metros de un lago, es decir 100 metros menos de lo recomendado, lo que hace temer problemas de contaminación por fósforo y nitrógeno, a lo que las autoridades prometieron poner remedio, informó AFP.
En declaraciones a la prensa danesa recogidas por Bloomberg News, Frederik Waage, profesor de derecho en la Universidad del Sur de Dinamarca, dijo que es posible que el Gobierno se haya alejado de la ley al no buscar acuerdos con los municipios pertinentes antes de enterrar a los visones.
El gas en sus cuerpos ahora está causando que el visón suba a la superficie, avivando los temores de contaminación.
A principios de noviembre, Dinamarca anunció que iba a sacrificar a más de 15 millones de visones, debido a una mutación problemática del coronavirus transmitida por estos animales, que podía, según estudios preliminares, amenazar la eficacia de la futura vacuna para los humanos. Más de 10 millones de visones ya fueron sacrificados, según las últimas cifras, en una decisión que fue criticada por el Parlamento por no consultar a la legislatura antes de ordenar a los agricultores que sacrificaran sus visones.
Después de eso, el ministro a cargo se vio obligado a renunciar, pero la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, aún enfrenta cuestionamientos por su manejo del caso. La lista de errores, como presuntos actos de crueldad debido a la naturaleza apresurada de la matanza, ha enojado incluso a miembros del propio partido Social Demócrata de Frederiksen.
Enjugándose las lágrimas, la primera ministra se disculpó personalmente este jueves 26 de noviembre por la gestión de la crisis sanitaria en la que una mutación de covid-19 condujo al sacrificio de visones de criaderos. Se encontraba visitando una granja de cría de visones en la municipalidad de Kolding, donde todos los animales fueron sacrificados pese a estar sanos, algo que el ejecutivo no tenía legalmente derecho a hacer, como después quedó demostrado.
"No tengo el menor problema en disculparme por el curso que tomaron los acontecimientos, puesto que se cometieron errores", declaró Frederiksen a la cadena TV2. Visiblemente emocionada, se detuvo varias veces para secarse las lágrimas, y enfatizó que es importante recordar que la culpa no corresponde a los criadores: “Es a causa del coronavirus, y espero que pueda haber una pequeña luz al final del túnel para los criadores de visones daneses en estos momentos”.
ds