SAN PABLO - Pese a un pasado de fricciones con la TV Globo, el ex presidente Lula da Silva volvió a los estudios de la emisora para una primera entrevista como candidato a comandar el Palacio del Planalto. El Jornal Nacional, un programa que se emite a las 2030, después de una clásica telenovela, los periodistas William Bonner y Renata Vasconcellos, apremiaron al ex jefe de Estado desde la primera a la última pregunta. Pero Lula logró sortear la táctica de los reporteros con su voz ronca, respuestas rápidas y entusiastas, que le permitieron erigir su discurso en base a dos objetivos: la conquista de más apoyo en la clase media y la consolidación de los votos de los más vulnerables.
Logró responder, sin intimidarse, las preguntas sobre la corrupción en su gobierno. Primero, agradeció a los entrevistadores que le dieran ese espacio: “Después de me masacraron durante 5 años. Y esta es la primera oportunidad que tengo de hablar abiertamente del tema y en vivo al pueblo brasileño. Fue el momento también para admitir que hubo corruptela en sus gobiernos, por ejemplo en Petrobras. “No se puede decir que no hubo corrupción porque varias personas confesaron (sus delitos)”. Y sentenció: si esos casos trascendieron ”fue porque mi gobierno permitió que estos sean investigados”. Al referirse al Lava Jato fue contundente: “Superó los límites de la investigación y entró en la política. El objetivo era condenar a Lula”.
Para Lula da Silva "esta no es una elección fácil"
Se diferenció así de aquel que ganaría las elecciones en 2018: Jair Messias Bolsonaro. Fue al señalar que su adversario se empeña en ocultar actos deshonestos de su familia y de su gestión de gobierno.
La defensa de Lula a Alckmin
Lo sobresaliente de su mensaje, lo diferente si se quiere, fueron las repetidas alusiones a su candidato a vice Geraldo Alckmin. Sobre él destacó que había sido gobernador de San Pablo a lo largo de varias gestiones, lo que lo coloca en las mejores condiciones para ayudar a conducir la administración nacional. Pero la parte más interesante fue cuando aseguró que al competir junto al ex gobernador paulista, él gana los tres principios que irán a nortear su gobierno: “Credibilidad, previsibilidad y estabilidad”.
Los conductores del programa Jornal, el noticiario más visto en Brasil, le preguntaron por qué el Partido de los Trabajadores (PT) rechazaba a Alckmin. Lula replicó: “Él ya fue aceptado en el PT. Y hasta tengo celos de él porque lo quieren mucho. Tengo 100 por ciento de confianza que con su experiencia me va a ayudar a concertar este país”.
Cafiero le respondió al senador Ted Cruz y a Eduardo Bolsonaro
En cuanto a la ex presidenta Dilma Rousseff y los eventuales errores en materia económica que pudo haber cometido en algún momento, Lula no vaciló en señalar que fue víctima de las acciones de “una dupla, Eduardo Cunha (entonces presidente de Diputados) y Aécio Neves (actual senador del PSDB). Ellos trabajaron todo el tiempo para evitar que ella enmendara sus errores”. En realidad, se juramentaron conseguir su destitución lo que habrían de concretar en mayo de 2016.
El reportaje al líder en las encuestas logró concitar un puntaje récord en la audiencia. Según Ibope, alcanzó a 34 puntos en su momento álgido: eso significó que 67% del total de TVs encendidas estaban en sintonía con el canal Globo.
Lula no ahorró cuestionamientos contra su adversario Bolsonaro. Lo trató de “bobo de la corte”, por estar dominado por el Congreso y juzgó de un auténtico “escarnio” el presupuesto secreto que manejó el gobierno bolsonarista para conquistar los votos de diputados y senadores, a fin de imponer proyectos gubernamentales. “Eso es usurpación de poder” juzgó.
Según las encuestadoras, Lula ganó esta partida. Ahora viene otro momento, el primer debate entre candidatos a presidente. Lula dijo que estará, pero no se sabe todavía si el presidente, que se postula para su reelección, aceptará ser de la partida.