Lula Da Silva fue operado por una artrosis en la cadera:"El procedimiento transcurrió sin ninguna dificultad"
Realizada por especialistas que viajaron desde San Pablo hasta el Distrito Federal, el procedimiento fue acompañado en forma directa por el médico personal del jefe de Estado. Y salió exitoso, como acaban de informar los especialistas.
27 años de cobertura en Brasil como corresponsal. Entrevistó a todos los presidentes brasileños desde 1995, salvo el último. Autora del site Brasil 7 días.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ingresó esta mañana en el Hospital Sirio Libanés de Brasilia, pero no delegó el cargo en su vice Geraldo Alckmin antes de entrar en el quirófano. Esa transmisión temporaria suele ser de práctica cuando hay una cirugía que exige anestesia general, pero los ministros del Palacio del Planalto juzgaron que la transferencia de poder “no era necesaria” ya que se trató de una operación de las caderas, relativamente “simple”. Realizada por especialistas que viajaron desde San Pablo hasta el Distrito Federal, el procedimiento fue acompañado en forma directa por el médico personal del jefe de Estado. Y salió exitoso, como acaban de informar los especialistas.
Según señalaron, en una conferencia de prensa, el procedimiento fue simple y terminó a las 13:30. Aclararon que “el procedimiento transcurrió sin ninguna dificultad, y el presidente ya está recuperado de la anestesia y conversa en la sala”. Indicaron que no es preciso trasladarlo a terapia intensiva ni intermedia, de modo que el post operatorio presidencial “ocurrirá en un cuarto normal”.
La infectóloga Ana Helena Germoglioe, coordinadora del equipo de salud del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el cardiólogo Roberto Kalil Filho (centro), médico personal de Lula, y el cirujano ortopédico Giancarlo Polesello, que coordinó la cirugía de la cadera derecha de Lula.
En realidad, hubo una decisión política del propio mandatario y sus ministros más cercanos de evitar que la salud presidencial generara una ola de “rumores”. Inclusive, por esa razón, se había evitado decir la hora del ingreso del mandatario en la sala de cirugía ni cuánto duró todo el proceso. El pronóstico es que el jefe de Estado sea dado de alta el martes próximo para facilitar su descanso en la residencia oficial, el Palacio de la Alvorada.
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La expectativa de Lula es “gobernar” desde su casa, en donde según ya avisó debe reunirse con sus ministros y recibir personalidades. Los médicos, sin embargo, advierten que no todo es tan sencillo. De acuerdo con fuentes médicas consultadas por Perfil “la edad determina de alguna manera mayores cuidados”.
Hay también otras cuestiones de peso como las dificultades que tendrá para andar, sentarse y subir las escaleras. Los cirujanos dijeron que Lula tiene un excelente estado físico, dado que practica deportes y hace gimnasia. Prevén entonces un reintegro rápido a la actividad. No descartaron, sin embargo, que precise utilizar por un tiempo limitado un “andador”. Esto es para garantizar que “el mandatario se cuide y haga el reposo y la rehabilitación necesaria”. En la presidencia brasileña le dijeron a este medio que Lula retomará su prolífico circuito de viajes al exterior en noviembre próximo, para asistir a la COP28, que se realiza en los Emiratos Árabes.
Hospital donde fue operado Lula Da Silva.
En la política interna, debe confrontar ya la próxima semana algunos temas no resueltos. Aquel que aparece ahora como el más exigente, es el nombramiento de otro miembro de la Corte Suprema. No es una cuestión cualquiera ya que deberá reemplazar a la ahora jubilada ministra Rosa Weber. Esa sustitución generó presiones de lo más variadas: desde el sector femenino del gobierno y de la izquierda, que exigieron que el nombramiento recayera sobre una mujer; hasta el movimiento negro que también demandó lo suyo. Lula se mostró remiso a los reclamos, según hizo saber a sus allegados, nombrará para el cargo de magistrado en el Supremo Tribunal Federal, a su actual ministro de Justicia Flavio Dino. La otra controversia es con el Congreso, y se refiere a la decisión presidencial de vetar una ley aprobada por los legisladores sobre la propiedad de las tierras de las comunidades indígenas, que desfavorece a estas.
La política internacional no debe demandarle mucho esfuerzo. Ocurre que en los primeros nueve meses de su tercera gestión, cumplió sobradamente con su deseo de demostrar que “Brasil ha vuelto al mundo”, siempre en contraste con la administración que lo precedió de Jair Bolsonaro. En su última aparición en vivo, desde el Planalto, Lula reivindicó en el programa Conversación con el Presidente que su país ya tiene “todos los ingredientes para tornarse una de las mayores economías del planeta, si consigue explotar el enorme potencial que aún posee de energías renovables”. Añadió, entonces, satisfecho: “Nosotros tenemos tierra, tenemos sol y tenemos gente competente con conocimiento tecnológico. También tenemos mercado”.
