Luego de meses de demoras, el Estado de Alaska dio inicio al juicio contra Jessica Bigley, una mujer estadounidense acusada de abusar de uno de sus seis hijos adoptivos, al castigarlo con tragos de salsa picante y duchas de agua fría ante la supuesta mala conducta del niño.
El caso se conoció gracias a la participación de Bigley en un conocido talk show, en el que compartió un video casero con los cuestionados métodos de disciplinamiento impartidos hacia su hijo Daniil Bujárov, un pequeño de origen ruso, de siete años. La mujer tiene seis hijos, dos de los cuales son adoptivos (los gemelos Daniil y Oleg Bujárov).
Si bien Bigley no admite ser culpable de los malos tratos por considerar que sólo esa conducta era efectiva para educar a Daniil, el caso atrapó a la opinión pública estadounidense y llegó a las mismas autoridades rusas.
De acuerdo con la agencia rusa RIA Novosti, el defensor del Menor de Rusia, Pável Astájov, comparó estas prácticas de crianza con las torturas de prisioneros en Guantánamo, Cuba.
Para el funcionario ruso "esta situación debe ser considerada de trato cruel y no de educación rigurosa como lo presenta la madre adoptiva. Tales métodos son comparables en gravedad con las torturas aplicadas a prisioneros en Guantánamo”, dijo.
Sin embargo, los peritos estadounidenses sostienen que Bigley no abusó de su hijo. Representantes de los servicios sociales afirmaron en el juicio que no se detectaron características de maltrato en el comportamiento de la acusada, y hasta recomendaron que los hermanos se queden con su familia adoptiva.