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Mandela será sepultado hoy en el paraíso de su infancia

El cuerpo del líder sudafricano llegó ayer Qunu. En el funeral de Estado habrá cincuenta mil personas.

Funeral. Los restos de Mandela llegaron ayer a Qunu, donde hoy será enterrado el líder africano.
| AFP

ansa/dpa/afp desde Qunu
 

Luego del multitudinario homenaje popular a Nelson Mandela, que tuvo lugar entre el miércoles y el viernes en Pretoria, el partido del Congreso Nacional Africano (CNA) y la tribu Thembu a la que perteneció Madiba dieron ayer el último adiós a su máximo referente. El CNA despidió al líder sudafricano poco antes de que un avión trasladara su féretro a la Provincia Occidental del Cabo.

El cuerpo de Mandela llegó ayer por la mañana a Qunu, el pueblito de su infancia en el que será enterrado, una semana y media después de su muerte y de recibir el tributo de decenas de miles de sudafricanos. “Es real, es triste, se acabó, eso es todo”, exclamó Koleka Mkukwana, una muchacha de unos veinte años, al ver pasar el coche fúnebre de Mandela por la entrada de Qunu. Unas trescientas personas esperaban a ambos lados de la carretera para rendir un último tributo a Mandela, fallecido el cinco de diciembre a los 95 años. “Va a descansar en paz. Ahora nos corresponde a nosotros unirnos”, dijo Phatwe Maxsiswa, de 32 años.

El viaje a Qunu desde Pretoria, donde unas cien mil personas desfilaron en tres días por la capilla ardiente, era la última oportunidad de los ciudadanos de estar cerca de Mandela antes de su entierro.

Los funerales empezarán hoy con un acto de dos horas en el que se espera la asistencia de unas cincuenta mil personas, aunque el entierro, en la propiedad de la familia en Qunu, será estrictamente privado, cerrado a la prensa y al público.

El cuerpo de Mandela salió de la base área Waterkloof de Pretoria en un avión militar escoltado por dos cazas y llegó a Mthatha dos horas después. En el aeropuerto de Mthatha fue recibido con el himno nacional mientras su viuda Graça Machel, y su anterior esposa, Winnie Mandela, se consolaban mutuamente.

Al entierro de hoy asistirán decenas de dignatarios extranjeros, principalmente africanos, pero también de otros lugares, como el ex ministro de Relaciones Exteriores francés Alain Juppé, el ex primer ministro francés Lionel Jospin o el activista por los derechos civiles estadounidense Jesse Jackson.

Hasta el viernes, y a lo largo de tres días, más de cien mil sudafricanos se inclinaron ante los restos mortales de Mandela, expuestos en Pretoria, conocida como “capital del apartheid”, y algunos impacientes incluso forzaron este viernes las barreras policiales para ver a su héroe, antes de que sea sepultado hoy.

Las miradas de la prensa internacional se concentran en lo que ocurrirá hoy en el pueblo de Mandela, donde será enterrado por expreso pedido suyo. El presidente Jacob Zuma encabezará el funeral de Estado en el que también participarán mandatarios de otros países. Entre ellos, el estadounidense Barack Obama, quien ha dicho en varias ocasiones que el líder sudafricano fue una fuente de inspiración en su carrera política. La numerosa familia de Madiba también será protagonista en la ceremonia en Qunu.

Finaliza así el recorrido histórico que ha convertido a Mandela en una de las principales figuras de los últimos dos siglos. Un hombre que fue perseguido por luchar contra el apartheid y, una vez en el poder, no buscó revancha y pudo lograr la reconciliación de su país.

 

Ritos tradicionales y el sacrificio de un buey

Las formalidades y el protocolo del Estado darán paso hoy a los ritos tradicionales de la etnia Xhosa, incluyendo el sacrificio de un buey. Las exequias del Premio Nobel de la Paz estarán supervisadas por los ancianos del clan y tendrán lugar en la hacienda de la familia. El sacrificio del animal será parte crucial del evento.

El cuerpo de Mandela fue llevado a su pueblo natal Qunu, donde se realizó una ceremonia tribal íntima en la que su clan le dijo “hasta pronto” al padre de la Sudáfrica post apartheid.

Hace casi noventa años el niño Nelson Mandela correteaba por las calles y el paisaje verde y ondulado de Qunu y, desde entonces, poco ha cambiado en este pueblito del sudeste de Sudáfrica. “El pueblo de Qunu estaba situado en un valle verde, estrecho (...) Allí no vivían más que unos pocos cientos de personas”, explica Mandela en sus memorias, El largo camino hacia la libertad.

En la actualidad Qunu, compuesto de grupos de viviendas dispersos, tiene varios miles de personas que hoy le dirán adiós y hasta siempre.