Parecía que todo estaba en calma, y que el reparto de la millonaria herencia de Gianni Agnelli, fallecido en enero del 2003, había dejado satisfechos a los integrantes del clan. Pero como en toda poderosa familia, los duendes de la serie “Dinastía” hicieron su aparición. Y lo que muchos preveían terminó cumpliéndose: Después de la reciente muerte de Susana Agnelli, uno de los emblemas más respetados de la familia, la trama de la herencia resucitó de las cenizas y amenaza con dividir las aguas.
El eje del conflicto es Margherita Agnelli (53), la única heredera directa sobreviviente de Gianni, ya que el restante hijo de “il Avvocato”, Edoardo, se suicidó en noviembre del 2000. Margherita, poetisa y pintora de vocación, había firmado en febrero de 2004 un acuerdo con sumadre, Marella Caracciolo, por la repartición de los bienes.
El diario milanés “ Corriere della Sera” publica en estos días extractos de dicho acuerdo, un texto que Margherita pide ahora que se revise puntillosamente. La hija del magnate de la Fiat sostiene que muchos bienes no figuran en el testamento, y emprendió acciones judiciales para establecer una relación detallada de la fortuna.
Sin embargo, dicha revisión contradice el artículo 8 del texto, un documento que los abogados de su madre presentaron ante el tribunal Civil de Turín para sustentar que todo debe quedar como está.