La guerra en Ucrania viola la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), según su secretario general, António Guterres. No sólo eso: afecta a 74 países en desarrollo y a 1.200 millones de personas por la suba de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes.
Preocupa a la ONU, a su vez, que Rusia haya usado bombas de racimo en zonas pobladas de Ucrania al menos 24 veces y que impida el alto el fuego humanitario, prometido en las mesas de negociaciones tendidas en Turquía y Bielorrusia.
Fotos: el infierno de Bucha, donde Ucrania halló cientos de cadáveres de civiles en fosas comunes
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, que participó ayer de una videoconferencia en la ONU y hoy de otra frente al Parlamento de Irlanda, apeló a la necesidad de entablar negociaciones de paz serias con Rusia. Pidió su expulsión del Consejo de Seguridad, del cual es miembro permanente con poder de veto, e insistió en sentar a Vladimir Putin en el banquillo de un tribunal internacional como responsable de crímenes de guerra.
El desplazamiento forzoso de 10 millones de personas en un poco más de un mes, agravado por las tétricas imágenes de los cadáveres de civiles desparramados en las calles de Bucha, cerca de Kiev, empeora aún más la situación.
La retirada rusa del norte de Ucrania deja huellas de devastación y crímenes de guerra
Italia, España, Suecia y Dinamarca se unieron a los aliados de la Unión Europea en la expulsión de diplomáticos rusos. Más de 200 se vieron obligados a hacer las maletas en las últimas 48 horas. En muchas de las expulsiones pesa la sospecha de presunto espionaje tras la condena internacional de los asesinatos en Bucha.
