"Mickey Mouse es un soldado de Satán que debe morir". La frase se esparció por la televisión iraní ayer por la noche y retumbó en Occidente. La "fatwa" (un decreto religioso que incluye la pena de muerte) se lanzó contra Mickey y dos viejas figuras de las animaciones infantiles: Tom y Jerry.
Los argumentos para condenar la presencia de estos personajes en la televisión musulmana responde a directivas religiosas: "De acuerdo a la ley islámica, el ratón es un animal repulsivo, que corrompe. ¿Cómo cree que los niños ven a los ratones hoy en día después de Tom y Jerry", proclamó el el clérigo islámico Muhammad Munajid.
La reciente condena pública del Islám, generó nuevas polémicas en torno a los fundamentalismos y a las prohibiciones autoritarias. No es la primera vez que una reacción de este tipo se hace sentir en el continente. A Nobel de literatura Gabriel García Márquez le prohibieron en noviembre del año pasado la publicación de su libro "Memorias de mis putas tristes".
El libro, que había sido traducido en persa como "Memoria de mis tristes cariñitos" espantó al gobierno y de inmediato se ordenó el despido del editor que cometió el "error burocrático", tal como lo denominó el estado iraní.
Como Mickey, García Márquez y su novela, recibieron lo que se conoce como "fatwa", una pena que incluso ha llevado a escritores a la condena a muerte, como ocurrió con Salman Rushdie, escritor considerado autor de una obra "blasfematoria" contra el profeta Mahoma. Rushdie vivió durante años casi recluído por ese tema.
Las injurias más celebres contra el islamismo rozan lo pintoresco. En 2006, el caso de las caricaturas que mostraban al profeta con un turbante, portando una bomba en su cabeza, desataron un escándalo que trascendió las fronteras. Algo que obligó a algunas entidades a manifestarse al respecto.
"La reproducción de las polémicas caricaturas de Mahoma por razones documentales pertenece al derecho a informar de los medios", aseguró Michael Konken, presidente de la Asociación de Periodistas Alemanes que salió a justificar la divulgación de esas imágenes que en Irán produjeron estruendosos repudios.
El nuevo caso de los dibujos para chicos es similar. El clérigo musulmán en su veredicto es contundente al sugerir que "corrompen" y concluye con un dictamen de la ley islámica aplicada a Mickey: "Debería ser asesinado".