Rangún.- Desafiando las órdenes para que regresen a sus templos, más de 30.000 monjes budistas y simpatizantes laicos se manifestaron hoy por las calles de Rangún, la capital de Myanmar (antigua Birmania), al continuar su rebelión pasiva contra el régimen militar que gobierna este país del sureste de Asia.
Los monjes se dirigieron descalzos hacia la pagoda de Shwedagon, el sitio budista más famoso de Myanmar, y luego se dividieron en varios grupos pequeños para continuar sus marchas por la ciudad, a las que se unieron muchos simpatizantes laicos.
Unos 5.000 monjes pasaron frente a la sede central de la Liga Nacional por la Democracia, el partido opositor que dirige la premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi. Dirigentes del partido salieron a la calle para aplaudir a los monjes.
El camino que conduce a la casa de Suu Kyi, donde la premio Nobel vive bajo arresto domiciliario desde mayo de 2003, había sido bloqueado por las fuerzas de seguridad para impedir que los monjes visitaran a la líder opositora, tal como hicieron el sábado, relataron testigos.
Una multitud de monjes y simpatizantes se congregaban alrededor de la pagoda de Sule, en el corazón de Rangún, y otros 15.000 manifestantes se concentraron alrededor de la pagoda de Kyimyindine, en el norte de la ciudad.
Los monjes budistas llevan siete días consecutivos manifestándose en las calles de Rangún contra el régimen militar. Hasta el momento, las protestas no han degenerado en violencia. Sin embargo, turbas progubernamentales que arrancaron las pancartas con consignas políticas a los simpatizantes de los monjes, de acuerdo con testigos.
Las manifestaciones de hoy se produjeron pese a que el clero budista controlado por los militares de Myanmar, agrupado en el Comité Sangha Nayaka, había instruido a todos los templos en Rangún para que ordenaran el regreso de los monjes a sus provincias.
Muchos de los monjes que participan en las manifestaciones pertenecen a templos situados fuera de Rangún, que visitan la antigua capital birmana para realizar estudios religiosos durante la cuaresma budista.
Ayer, más de 10.000 simpatizantes laicos se unieron a unos 3.000 monjes y 300 monjas que marcharon por las calles de Rangún. Muchos de ellos corearon por primera vez consignas políticas exigiendo a la junta militar que ponga en libertad a Suu Kyi, quien se mostró en público por primera vez en cuatro años.
Un enfrentamiento entre los militares y los monjes, muy respetados en el país, parece ser inevitable, aseguraron diplomáticos occidentales en Rangún. Los militares de Myanmar, en el poder desde 1962, ya han matado en el pasado a monjes involucrados en protestas, la última vez durante las manifestaciones antigubernamentales de 1988, que dejaron unos 3.000 muertos cuando el ejército reprimió las protestas.
En Myanmar hay unos 400.000 monjes budistas, pero se desconoce cuántos se han sumado a la resistencia.
Fuente: DPA