Un preso político que se mantenía en huelga de hambre desde hace 80 días, falleció ayer tras un largo padecimiento en la isla. Orlando Zapata Tamayo, que había sido reconocido por Amnístia Internacional, era "un destacado activista de la oposición democrática cubana" que se encontraba detenido desde el 20 de marzo de 2003, comunicaron desde el Centro de Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).
De profesión albañil, Zapata Tamayo supo integrar las filas del Movimiento Alternativa Republicana y el Consejo Nacional de Resistencia Cívica. Por esta actividad, en marzo del año pasado debió ser intervenido quirúrgicamente por una aneurisma cerebral como consecuencia de una feroz golpiza y desde el martes 16 de febrero estaba desaparecido.
En declaraciones al diario español El Mundo, Reina Luisa Tamayo, madre del disidente, contó que "la muerte de mi hijo ha sido un asesinato premeditado" y sostuvo que con su deceso "lograron lo que ellos querían. Acabaron con la existencia de un luchador por los derechos humanos", resaltó.
Por su parte, José Ortiz Molina, el padrastro de Zapata, ha dicho que continuará con la lucha: "Prometo continuar esta lucha por los Derechos Humanos en la isla tras su muerte", señaló. "Tenemos la fuerza de continuar esta lucha por los Derechos Humanos", repitió en diálogo con el periódico El Nuevo Herald.