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Netanyahu advierte: acuerdo en una semana o autoriza el ataque a Rafah

Hamas, que asegura estar estudiando la última propuesta presentada por Israel para la liberación de rehenes a cambio de un cese del fuego y de la liberación de presos palestnos, acusa al premier israelí de tratar de obstruir todas las negociaciones con declaraciones incendiarias porque no está interesado en llegar a un acuerdo. Pese a todo, el anuncio de que una delegación de la facción palestina viajará a El Cairo reavivó las expectativas de llegar a un entendimiento.

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Todo listo. Los tanques israelíes están preparados en la frontera de Gaza para la ofensiva. En Rafah se hacinan más de un millón de palestinos desplazados. La OMS advierte que una ofensiva provocaría una catástrofe humanitaria. | afp

Un alto cargo político Hamas acusó ayer al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de intentar obstruir las negociaciones de tregua en la Franja de Gaza, arrasada tras casi siete meses de guerra.

“Netanyahu fue el elemento obstruccionista en todas las rondas anteriores de diálogo o negociación y está claro que sigue siéndolo”, declaró Hosam Badran.

“No le interesa un acuerdo y por eso hace declaraciones, para frustrar los esfuerzos”, añadió, refiriéndose a la reiterada promesa de Netanyahu de ordenar una invasión a Rafah, en el sur del Gaza. 

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El primer ministro israelí afirma que Rafah es el último bastión de los comandos de Hamas y que no podrá proclamar victoria mientras no haya una operación terrestre en esa ciudad donde se hacinan 1,5 millones de palestinos, en su gran mayoría desplazados por la guerra.

“Entraremos en Rafah y eliminaremos a los batallones de Hamas, con o sin acuerdo [de tregua], para conseguir la victoria total”, declaró el martes. Ayer, el Wall Street Journal escribió, citando a mediadores egipcios, que el último mensaje del premier fue que si en una semana no tenía una respuesta ordenaría la ofensiva en Rafah.

Badran reiteró que Hamas estudia con “espíritu positivo” la última propuesta de cese del fuego y de liberación de los rehenes capturados por los comandos islamistas durante el ataque terrorista del 7 de octubre en el sur de Israel, tras meses de negociaciones infructuosas.

El jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, empleó esas mismas palabras el jueves y afirmó que el grupo enviará “pronto” una delegación a El Cairo, donde tienen lugar las negociaciones indirectas mediadas por Egipto, Qatar y Estados Unidos.

Estas declaraciones alimentaron la esperanza de un acuerdo que otorgue un respiro a la población de Gaza, donde los bombardeos israelíes mataron a 26 personas en las últimas 24 horas, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por Hamas. Los últimos bombardeos golpearon principalmente Rafah, limítrofe con Egipto.

La ONU y muchos países, entre ellos Estados Unidos, expresaron su temor a una catástrofe humanitaria en caso de que Israel ordene la invasión.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) “está profundamente preocupada por una operación a gran escala en Rafah, Gaza, que pueda conducir a un baño de sangre y debilitar aún más un sistema de salud que ya está desmantelado”, afirmó el viernes el director general de esa agencia de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la red social X.

Presión a Israel. La tregua sería la primera desde la que se estableció durante una semana a finales de noviembre, que permitió un canje de 105 rehenes retenidos en Gaza por 240 palestinos encarcelados en Israel. Hamas, que gobierna en Gaza desde 2007, exige un cese del fuego permanente y la retirada de las tropas isralíes, lo que Israel rechaza. 

El plan de tregua que Hamas está analizando incluye un cese de los combates de cuarenta días y otro canje de rehenes israelíes por presos palestinos, según detalles divulgados por el Reino Unido. Las autoridades israelíes estiman que, tras el canje de noviembre, 129 personas permanecieron retenidas en Gaza y que 35 de ellas murieron.

Israel anunció ayer la muerte de Dror Or, un rehén de 49 años, y el kibutz donde vivía pidió que Hamas devuelva su cuerpo.

Netanyahu enfrenta protestas dentro de Israel para que su gobierno, formado por partidos nacionalistas, de extrema derecha y ultraortodoxos judíos, negocie la liberación de los secuestrados. 

La ofensiva lanzada por Israel en respuesta al ataque ha dejado hasta el momento 34.622 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamas.

“Hambre”. La crisis humanitaria y el creciente número de muertos en Gaza han generado manifestaciones en todo el mundo, incluyendo un amplio movimiento de protesta en las universidades estadounidenses y en muchas europeas, reprimido por la policía. 

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el miércoles la ruptura de relaciones con Israel, y Turquía informó el jueves que suspenderá los intercambios comerciales. 

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró ayer que esta medida se tomó “para forzar a Israel a aceptar un alto el fuego y a aumentar el volumen de ayuda humanitaria”.

La llegada de más ayuda a Gaza, donde viven 2,4 millones de personas confrontadas a una grave escasez por el cerco establecido por Israel, es uno de los temas claves.

Bajo la presión de Estados Unidos, Israel aumentó la entrada de ayuda en los últimos días y la OMS indicó el viernes que la disponibilidad de alimentos mejoró ligeramente.

La ONG estadounidense World Central Kitchen retomó sus actividades esta semana, después de que esta organización, fundada por el chef español José Andrés, suspendiera sus operaciones tras un bombardeo israelí que mató a siete de sus voluntarios.

“Cuando esta cocina cerró, muchas personas se quedaron con hambre”, indicó Zakria Yahya Abukuwaik, el administrador de un centro de la ONG en Rafah.

 

Escrachan a Gantz para que deje el gabinete de guerra

Agencias

Cientos de personas volvieron a protagonizar ayer un escrache frente a la vivienda de Benny Gantz, líder opositor y miembro del gabinete de guerra israelí, para exigir su dimisión si no hay acuerdo sobre la liberación de los rehenes que siguen secuestrados por Hamas en Gaza.

Los manifestantes, que llevan dos semanas tratando de presionar a Gantz para que abandone el gabinete de guerra, han mostrado banderas con estrellas de David de color rojo (en vez de azules) y pancartas con la palabra “salida”.

Así, criticaron la “inacción” de Gantz como parte del gobierno de emergencia y portaron también carteles en los que aparece junto al presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con la consigna: “El bueno, el malo y la nada”, según informaciones del diario The Times of Israel.

Los manifestantes, organizados bajo el Movimiento Prodemocracia Israelí, acusan al gobierno de cometer “una serie de fracasos” que han llevado al secuestro de civiles y militares de las fuerzas israelíes por parte de Hamas durante los ataques terroristas perpetrados el 7 de octubre, en los que murieron 1.200 personas, en su mayoría civiles.

También acusaron a las autoridades de perjudicar a los israelíes desplazados en el norte y el sur del país debido a los ataques y el aumento de la tensión en la región tras el inicio de la ofensiva contra la Franja de Gaza, donde han muerto ya casi 35 mil personas. Así, han criticado “la falta de una estrategia decisiva contra Hamas a pesar del gran costo en vidas humanas”.