INTERNACIONAL
primer encuentro bilateral

Obama y Castro se reunieron ayer e inauguraron una nueva etapa

Tras más de seis décadas de enfrentamiento, los presidentes de Estados Unidos y Cuba tuvieron una cumbre oficial, se elogiaron y prometieron dar vuelta la página.

Risas. La cordialidad entre los dos presidentes caracterizó la reunión bilateral. “Es un hombre humilde y honesto”, dijo Raúl sobre Obama.
| Cedoc Perfil

Apretón de manos, risas, elogios mutuos, cordialidad. La escena, impensada tiempo atrás, tuvo lugar ayer en Panamá. Los protagonistas: Barack Obama y Raúl Castro, artífices del deshielo entre Estados Unidos y Cuba y arquitectos del final de la Guerra Fría en el hemisferio. “Era el momento de intentar algo nuevo”, explicó el mandatario norteamericano a la prensa internacional. “Estamos dispuestos a hablar de todo, con paciencia”, confirmó su par cubano.

El encuentro bilateral fue el primero en más de cincuenta años. Tuvo lugar en una jornada intensa e histórica, en la que por primera vez Cuba participó de la Cumbre de las Américas. Con gran cintura política, los dos presidentes supieron halagar a su contraparte. “Que el presidente Raúl Castro y yo estemos sentados aquí es un momento histórico para el continente”, dijo el presidente estadounidense en su discurso. “Estoy convencido de que Obama es un hombre humilde y honesto”, devolvió gentilezas Castro.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

En uno de los tramos más significativos de la Cumbre, el norteamericano afirmó que le solicitó al Congreso de su país levantar el embargo a Cuba. Castro, por su parte, exigió que se retire a su país de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo, confeccionada por el Departamento de Estado.

“Con algunas cosas estaremos de acuerdo, con otras no”, alertó el hermano y sucesor de Fidel Castro. Pese a esa advertencia, la región asistió ayer a la primera reunión bilateral de presidentes de los dos países desde 1958. El histórico encuentro llegó luego de que, en diciembre del año pasado, tras negociaciones en las que intervino el papa Francisco, La Habana y Washington restablecieran relaciones diplomáticas.

Humor. Tras el discurso de Obama, llegó el turno de Castro. “Hice un gran esfuerzo junto con mi canciller de reducirlo a ocho minutos –tiempo estipulado por las autoridades–, pero como me deben seis cumbres en las que me excluyeron, seis por ocho, 48”, bromeó antes de comenzar a hablar. En su alocución, destacó la lucha del pueblo cubano contra agresiones de los Estados Unidos, pero exculpó a su par de esa situación.
Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un think tank que estudia el vínculo entre América Latina y Estados Unidos, estuvo en Panamá y se sorprendió por el gesto de Castro hacia su par norteamericano. “Pienso que Raúl salvó el papel de Obama en la Cumbre. El tomó la decisión de continuar con el restablecimiento de relaciones con los Estados Unidos. Y no iba a ponerlo en riesgo por Venezuela”, explicó a PERFIL.

El próximo paso será la reapertura de embajadas en La Habana y Washington, que impulsarán el intercambio comercial, las inversiones y el turismo. Y, a mediano plazo, el levantamiento del embargo, que cercó por más de cinco décadas a Cuba y que minó las relaciones de Estados Unidos con la región.


Mensaje del Papa
El papa Francisco envió ayer un mensaje a los líderes que participaron de la Cumbre de las Américas en Panamá, en el que expresó su deseo de que la cita constituyera “un diálogo sincero” que superase diferencias y afrontase “con realismo” los problemas del continente, como la desigualdad y la inmigración.
“Me gustaría manifestarles mi cercanía y aliento para que el diálogo sincero logre esa mutua colaboración que suma esfuerzos y supera diferencias en el camino hacia el bien común”, sostuvo el Pontífice en una carta. El mensaje de Jorge Bergoglio, mediador y facilitador en el restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE.UU., fue leído por su secretario de Estado, Pietro Parolin.