EL CAIRO.- El presidente egipcio Hosni Mubarak, blanco de una revuelta popular sin precedentes, afirmó este jueves que quería dimitir pero temía que el caos se desatara en el país, en víspera de las manifestaciones del "Día de la Partida", que reclamarán su renuncia inmediata. En una entrevista concedida a una periodista de la cadena estadounidense ABC, Mubarak, en el poder desde hace 30 años, habría dicho que estaba "harto de ser presidente y que le gustaría dejar el poder ahora", pero que "no podía hacerlo por temor a que el país se hunda en el caos".
Mubarak, que prometió no presentarse a la reelección en las elecciones de septiembre, se encuentra bajo fuerte presión de la comunidad internacional, que le exhorta a iniciar una inmediata transición política. Según la periodista Christiane Amanpour, que lo entrevistó para ABC durante 20 minutos en El Cairo, el mandatario egipcio dijo también que le había señalado al presidente estadounidense Barack Obama: "Usted no entiende la cultura egipcia y lo que pasaría si yo renuncio ahora".
La entrevista tuvo lugar en el hiper resguardado palacio presidencial, con su hijo Gamal sentado a su lado, dijo ABC. "Nunca tuve la intención de volver a presentarme. Nunca tuve la intención de que Gamal fuera presidente después de mí", habría señalado el mandatario.
En paralelo, Estados Unidos estaría discutiendo con altos responsables egipcios un plan para que Mubarak le entregue de inmediato el poder a un gobierno de transición encabezado por el actual vicepresidente, Omar Suleimán, informó el diario norteamericano The New York Times. La nota, que cita a funcionarios estadounidenses y árabes, dice que pese a que Mubarak rechaza dejar el poder, responsables de ambos gobiernos conversan sobre un plan en el cual Suleimán, apoyado por las fuerzas armadas egipcias, comenzaría inmediatamente un proceso de reforma constitucional.
El diario afirma que, según el plan, un gobierno de transición invitará a un amplio espectro de grupos opositores, incluyendo los Hermanos Musulmanes, a iniciar un proceso que lleve a elecciones libres en setiembre. El portavoz de la Casa Blanca Tommy Vietor, sin confirmar esto a la AFP, dijo que "el Presidente ha dicho que ahora es tiempo de empezar una transición pacífica, ordenada y real, con negociaciones creíbles e incluyentes".
Durante el día, el vicepresidente egipcio Suleimán hizo un llamado a los opositores Hermanos Musulmanes para ir al diálogo, pero contestaron con un no rotundo por considerar que el régimen es "ilegítimo". Mubarak, de 82 años, había prometido el martes no presentarse a la reelección en las elecciones de septiembre.
A horas avanzadas de la noche, en la Plaza Tahrir, epicentro de las protestas en El Cairo, prevalecía una tensa calma después de las escaramuzas entre partidarios y detractores del régimen que jalonaron el día. Miles de manifestantes escuchaban discursos enardecidos contra Mubarak y acampaban en tiendas o se entretenían al calor de la lumbre, constató la AFP.
Egipto se prepara para un "Día de la Partida", en el que se prevén manifestaciones en todo el país tras la oración semanal musulmana. La ONU calcula que hubo 300 muertos durante la primera semana de la revuelta, que estalló el 25 de enero.
El gobierno hizo su mea culpa y el primer ministro Ahmed Shafiq se disculpó por la oleada de violencia, afirmó que ignoraba si los ataques habían sido "organizados o espontáneos" y lamentó la falta de policía para mantener la seguridad, declarándose dispuesto a "conversar con los manifestantes".
Por su lado, el vicepresidente Suleimán atribuyó la violencia a "un complot" orquestado por gente en Egipto o incluso en el extranjero. La última víctima mortal registrada fue un extranjero que murió a golpes, informaron a la AFP un testigo y los servicios de atención médica.
En estas jornadas violentas, varios periodistas extranjeros han sido víctimas de ataques, según organizaciones de defensa de la libertad de prensa y medios de comunicación. Aparentemente se les acusa de alentar a los manifestantes con su cobertura de los hechos. Durante la jornada del jueves y a pesar del toque de queda nocturno, cerca de la Plaza Tahrir se libraba una batalla por controlar el abastecimiento de víveres, sin los cuales se complicaría la permanencia de los miles de manifestantes en la gran explanada. Armados con palos y piedras, los exaltados anti Mubarak despejaron un puente cercano, donde un grupo pro Mubarak, armado de navajas, intentaba impedir la entrada de alimentos.
Fuente: AFP