Un día después de la masacre perpetrada en el sur de Filipinas, hay estado de emergencia en la zona donde 46 personas murieron. Tras el ataque, originado por un pelea entre clanes, la policía contaba 22 fallecidos pero en una pequeña aldea de Saniag, en la provincia de Maguindanao, dieron con otros 24 cuerpos.
De acuerdo a las agencias internacionales, las víctimas fueron secuestradas ayer por hombres armados. Según el ejército, Andal Ampatuan, gobernador de la provincia, habría organizado la matanza para impedir que un rival, Esmael Mangundadatu, se presentase como candidato para elecciones programadas para el año próximo. Los cadáveres, acribillados de balas, fueron retirados de varias fosas comunes, precisó el jefe nacional de la policía, Jesús Verzosa.
La presidenta filipina, Gloria Arroyo, decretó el estado de emergencia en el sur de la isla y dos zonas limítrofes poblados con más de un millón de personas. Entre los muertos, figuran periodistas sin ningún vínculo con los dos clanes en disputa.
Poco después de la masacre, el jefe local de la policía fue destituido y apresado. De acuerdo a testigos, dos de sus tenientes y otros dos policías estaban presentes cuando se produjo la matanza. En esa zona de Filipinas, los arreglos de cuentas y las violencias entre clanes rivales, que disponen de milicias privadas, son relativamente frecuentes.
Fuente: AFP