La Embajada argentina en Nicaragua recomendó esta semana a sus conciudadanos no realizar viajes de turismo a Nicaragua debido a la convulsa situación que vive el país centroamericano. En un comunicado, la sede diplomática advirtió que las leyes nicaragüenses hacen posible la expulsión de extranjeros que participen en manifestaciones y protestas.
Se recomienda “descartar salidas por la tarde-noche y transitar por calles o rutas desconocidas. Se desalienta emplear transportes públicos terrestres de pasajeros”, agregó el informe. Además aconsejó que “se evite ingresar a zonas con barricadas y zonas cercanas a las universidades, y alejarse de grupos no identificados”.
A los que deseen viajar fuera de Nicaragua, la embajada recomendó hacerlo por aire y de día, descartando vuelos de madrugada o de noche debido a que “las calles o rutas para alcanzar el aeropuerto resultan peligrosas”. También aconsejó descartar medios de transporte terrestre a fin de evitar contratiempos por los bloqueos de rutas en los pasos fronterizos y en el resto del país.
Nicaragua vive una aguda crisis social y política desde el 18 de abril, cuando comenzaron una serie de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. Según organismos de derechos humanos independientes, 200 personas murieron y más de 1.400 resultaron heridas, aunque el Gobierno reporta solamente 46 fallecidos. Los manifestantes instalaron más de 140 tranques” (retenes en calles y carreteras) y unas 720 barricadas en ciudades y poblados del país, para protegerse de los ataques de policías y paramilitares.
Este martes, los cuatro socios regionales - Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay - alentaron al Gobierno y al pueblo de Nicaragua a retomar el diálogo coordinado por la Conferencia Episcopal para consensuar una solución pacífica a la crisis.
El bloque regional expresó su apoyo a "los esfuerzos de cooperación a nivel de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar y esclarecer los hechos de violencia que se registran desde hace dos meses". Para el bloque sudamericano "es importante fomentar la paz, restablecer el clima de convivencia pacífica, respetar la institucionalidad y garantizar el derecho a manifestarse".
