Espionaje, internas políticas y algunos condimentos de la Guerra fría son algunas de las razones que pusieron fin al asilo de de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, donde residía desde 2012 para esquivar una denuncia por abuso en Suecia.
El programador australiano y fundador de Wikileaks, de 47 años, llegó a la sede diplomática ecuatoriana en el Reino Unido luego de la investigación de Estados Unidos por la masiva publicación de documentos secretos y la denuncia de dos mujeres suecas por presunto abuso en 2010. El entonces presidente de Ecuador Rafael Correa le concedió el asilo por las supuestas amenazas de muerte que pesaban sobre su persona.
Assange fue hospedado en una oficina de la embajada que se transformó en su departamento, con cama, teléfono, computadora, ducha, y una pequeña cocina, de donde fue expulsado este jueves. El entonces canciller ecuatoriano Ricardo Patiño rechazó los pedidos de la Foreign Office para entregarlo e incluso Ecuador le otorgó la nacionalidad a Julian Assange.
La suerte del fundador de Wikileaks comenzó a cambiar cuando Lenín Moreno eemplazó a Correa, hasta ese momento su padrino político, en la presidencia y comenzó a enfrentarse a su legado. Moreno cortó temporalmente sus telecomunicaciones en 2018. No fue el único: también Correa había restringido por un tiempo su acceso a Internet, molesto por las interferencias del australiano.
El presidente ecuatoriano consideró a Assange como "una piedra en el zapato" de la diplomacia de su país e incluso intentó nombrarlo en un cargo diplomático en Moscú para deshacerse del problema, un plan frustrado por el Reino Unido. La "guerra fría" entre Rusia y Estados Unidos también tiene su peso en el caso: Paul Manafort, exjefe de campaña de Donald Trump, se reunió en Quito en mayo de 2017 con Lenin Moreno, recién electo como presidente. Según reportó el diario New York Times, Manafort y Moreno discutieron la posibilidad de entregar a Assange a cambio de beneficios como renegociación de la deuda externa ecuatoriana.
José Valencia, canciller ecuatoriano, declaró que el fundador de Wikileaks demostró "ingratitud e irrespeto" hacia Ecuador. La reacción ministerial se produjo tras un tuit de WikiLeaks en el que asegura que Quito y Londres tenían un acuerdo para que en "horas o días" Ecuador expulse a Assange de su embajada para ser arrestado por las autoridades británicas, algo que finalmente sucedió.
Revelan que Ecuador quería llevar a Assange a Rusia como diplomático
Según el portal, el gobierno ecuatoriano expulsó a Assange bajo el pretexto de que la organización divulgó fotos, videos y conversaciones íntimas de Lenín Moreno almacenadas en sus dispositivos móviles. El fundador de WikiLeaks debía cumplir desde octubre un protocolo que regula sus visitas, comunicaciones y salubridad dentro de la embajada. Su incumplimiento derivará en la "terminación del asilo", de acuerdo con el documento. Las normas fueron impuestas por Quito ante lo que considera constantes injerencias de Assange en asuntos internos de Ecuador y de otras naciones.
A raíz de la difusión de la información privada de Moreno en redes sociales y el portal inapapers.org, el gobierno presentó una denuncia ante un relator de la ONU. El funcionario tenía previsto visitar a Assange en Londres el 25 de abril con autorización de Quito.
Moreno asegura conocer el origen de las filtraciones, señalando como responsables a "los que se llevaron miles de millones de dólares en la década pasada", en la que gobernó su exaliado Rafael Correa (2007-2017).
La denuncia de WikiLeaks
Por su parte, WikiLeaks denunció el miércoles que está siendo extorsionado por "dudosos personajes" que obtuvieron imágenes de su fundador, Julian Assange, dentro de la embajada de Ecuador en Londres procedentes de las cámaras de seguridad instaladas en la legación diplomática.
Kristinn Hrafnsson, redactor jefe de WikiLeaks, acusó a las autoridades ecuatorianas de recopilar miles de fotografías y vídeos que no se sabe bien cómo llegaron a manos de un grupo de personas en España que piden tres millones de dólares (2,7 millones de euros) a cambio de no publicarlas.
Los documentos incluyen miles de fotografías y gigaoctetos de vídeos en los que se ve a Assange, de 47 años, reuniéndose con abogados y otros visitantes y siendo sometido a una revisión médica.
¿Por qué la molestia de Ecuador?
Lo que le costó su permanencia en la embajada es la sospecha del gobierno de que WikiLeaks jaqueó las comunicaciones de Moreno y las de su familia para filtrar fotos, videos y conversaciones privadas, que le han dado munición a los opositores.
Assange se ha querido mantener como un "actor de opinión mundial", incumpliendo el "código mínimo que un asilado debe tener: no opinar o estar dentro de cualquier tipo de proceso político", manifestó a la AFP Katalina Barreiro, del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Quito.
F.L./F.F.