Dos días después de los anuncios del presidente Emmanuel Macron en respuesta a la crisis social en Francia, los "chalecos amarillos" volvieron a movilizarse este sábado, principalmente en París y Estrasburgo (este). Esta 24ª semana de movilizaciones convocó a unos 5.500 manifestantes en Francia, entre ellos 2.600 en París, hasta las 14H00 locales (12H00 GMT), según las estimaciones del Ministerio del Interior. La semana pasada a la misma hora los manifestantes habían 9.600 en el país, de los cuales 6.700 en la capital.
Desde hace cinco meses, los "chalecos amarillos" reclaman cada sábado en la calle más justicia social y fiscal, en unas protestas en ocasiones salpicadas de violencia. El jueves por la noche, el presidente francés anunció un conjunto de medidas destinadas a aumentar el poder adquisitivo de las clases medias y pobres.
En Estrasburgo marcharon este sábado unos 2.000 "chalecos amarillos", y las fuerzas de seguridad que custodiaban las calles de acceso a las instituciones europeas replicaron con gases lacrimógenos ante los proyectiles arrojados por algunos manifestantes. Los policías retuvieron a los manifestantes en la plaza Burdeos, impidiéndoles marchar hacia la sede del Parlamento europeo, constaron periodistas de la AFP.
Una parada de autobuses resultó dañada pero no hubo enfrentamientos directos entre la policía antidisturbios, la gendarmería y los manifestantes, quienes finalmente se vieron obligados a retroceder. Uno de ellos resultó herido en la cabeza y debió ser atendido por médicos.
La prefectura del Bajo-Rin había prohibido los actos de protesta en algunas partes del centro histórico de la ciudad, así como en la estación de trenes y en las inmediaciones de las instituciones europeas. En la capital francesa, varios cientos de manifestantes -convocados por el sindicato CGT y los "chalecos amarillos"- tomaron por la mañana el bulevar Montparnasse para dar una "respuesta general" al gobierno, según periodistas de la AFP en el lugar.
Pascal Harter, prejubilado de 58 años, consideró que "no hubo nada concreto" en los anuncios de Macron. "Eso me dio más motivos para manifestar", dijo Harter a la AFP.
En Toulouse (suroeste), se convocó una protesta en el centro de la ciudad, pese a que se hubieran prohibido de nuevo las concentraciones en la plaza del Capitole, en el casco histórico. En Lille (norte), Rennes (oeste) o Ruán (noroeste) también se prohibieron manifestaciones en los centros de las urbes.
Las movilizaciones de este sábado tuvieron lugar cuatro días antes del tradicional desfile de trabajadores del 1 de mayo.
Entre las medidas anunciadas por Macron el jueves se encuentra una "significativa" reducción de impuestos para las clases medias y la indexación de las pensiones inferiores a 2.000 euros mensuales con la inflación, dos de las principales reivindicaciones de los "chalecos amarillos".
El presidente se comprometió también a "reorganizar profundamente" la administración pública para reforzar los servicios públicos fuera de las grandes aglomeraciones, otra de las demandas de este colectivo que vio la luz en la Francia rural y provinciana, que mira impotente el cierre de sus escuelas y hospitales.
AFP/H.B.