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La Rusia de Vladimir

Putin eterno: nueva ley para impedir a la oposición rusa tener candidaturas propias

El Senado de Rusia aprobó una ley que permitirá al Kremlin calificar como "indeseables" o "extremistas" a las fuerzas políticas que podrían derrotar al oficialismo en las urnas.

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Vladimir Putin | Cedoc Perfil

El Kremlin dio este martes otro paso para consolidar el proyecto de “Putin eterno”, al lograr que el Senado ruso apruebe por abrumadora mayoría una nueva ley que permitirá al gobierno impedir la participación en las elecciones legislativas de septiembre de las principales fuerzas opositoras, mientras acentúa su política represiva hacia toda forma de disenso.

La ley que dificulta la participación opositora sigue a la que el presidente ruso promulgó en abril, luego del plebiscito de 2020 en el que la población respaldó una serie de reformas constitucionales, y que le permitirá, si así lo desea, gobernar hasta 2036.

El Consejo de la Federación, cámara alta del parlamento, aprobó por 146 votos a favor, y uno en contra, el texto que prohíbe las candidaturas, en cualquier elección, de personas que hayan colaborado con organizaciones “extremistas y terroristas”. Para entrar en vigor, la ley debe ser firmada por Vladimir Putin.

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Esta nueva ley es vista por los críticos del gobierno como una nueva herramienta que toma por blanco a los partidarios del opositor encarcelado Alexei Navalny, dado que la fiscalía ha pedido a la justicia que clasifique a las organizaciones que lo apoyan como “extremistas”, porque pretenden “desestabilizar la situación social” en Rusia.

Hay pocas dudas sobre dónde terminará este proceso, visto que la red de oficinas regionales del activista ya ha sido clasificada de “extremista” por los servicios financieros reguladores, con lo cual es un hecho que los partidos que respalden a Navalny, que está preso desde enero y con la perspectiva de tener que pasar al menos dos años en la cárcel, no podrán participar de los comicios.

El equipo del opositor encarcelado ha denunciado el deseo del Kremlin de neutralizar su movimiento y de acallarlo antes de las elecciones del 19 de septiembre, en un momento en que el partido en el poder, Rusia Unida, cae en los sondeos de intención de voto, pese a la popularidad de Putin. Su declive se debe fundamentalmente a la situación financiera complicada y a los múltiples escándalos de corrupción.

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“Putin busca anular toda forma de oposición. Restringe a los partidos que no sean Rusia Unida, como el Comunista y el de los liberales-nacionalistas de Vladimir Zhirinovsky, persigue y reprime a las organizaciones no-gubernamentales y a los blogs de la oposición y detiene a aliados y militantes que apoyan a Navalny”, explica el analista internacional Andrés Serbin.

“Todo apunta a apuntalar su perpetuación, y la de sus aliados, en el poder, aprovechando las reformas recientes que pueden prolongar su mandato presidencial por dos periodos más de seis años”, agrega el analista.

Putin, sostiene Serbin, titular del Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (Cries), “necesita fortalecer su propio partido, que sufre una baja de popularidad, y evitar el impacto del llamado de Navalny a un ‘voto inteligente’ en septiembre, que consiste en votar a cualquier candidato que no sea de Rusia Unida”.

Navalny pidió a los rusos que voten en cada circunscripción por el candidato que más posibilidades tiene de derrotar al representante del Kremlin. Esta forma de votar tuvo un cierto éxito durante las elecciones locales de los últimos años.

Represión en Rusia

La nueva ley llega además en un momento en que las fuerzas opositoras han denunciado un recrudecimiento de la represión y persecución judicial de sus principales figuras, como es el caso de Andrei Pivovarov, de 39 años, ex director de la organización Rusia Abierta, una ONG con base en Londres, arrestado el lunes por la noche en un avión que iba a despegar en San Petersburgo en dirección a Varsovia.

Rusia Abierta se autodisolvió a finales de mayo luego de ser clasificada como "indeseable" por una ley, y por miedo a que sus miembros fueran objeto de persecuciones.

La policía sacó a Pivovarov del vuelo a Varsovia cuando el avión ya estaba en la pista preparándose para despegar. Fue detenido en relación con una causa penal abierta por “llevar a cabo actividades de una organización indeseable”. Fue puesto en prisión preventiva hasta el 31 de julio y se arriesga a una condena de hasta seis años de prisión.

La gente gritaba "Vergüenza, vergüenza", mientras los agentes se llevaban al líder opositor.

El “acto criminal” que supuestamente cometió, denunció Amnistía Internacional, fue compartir en agosto de 2020 una publicación en Facebook de Demócratas Unidos, grupo que apoya a candidatos independientes y una elección pluralista.

“Las autoridades rusas deben poner fin a las represalias contra sus oponentes políticos y otras voces críticas del país. Andrei Pivovarov debe ser puesto en libertad inmediata y deben retirarse todos los cargos contra él y otras personas enjuiciadas en aplicación de la ley sobre ‘organizaciones indeseables’, y esta legislación discriminatoria debe ser revocada”, afirmó Natalia Zviagina, directora de la oficina de Amnistía en Moscú.

A esto se suman también las redadas realizadas el martes en los domicilios de varios opositores y la detención del ex diputado Dmitri Gudkov, de 41 años, aliado de Navalny.

Vladimir Putin: diplomático hacia afuera, implacable hacia adentro

A Gudkov se le acusa de estar presuntamente implicado en casos de "fraude y abuso de confianza" en un caso de alquileres impagados, un delito que puede merecer cinco años de cárcel. Según su padre, Guennadi, que también fue diputado, estas acciones tienen un fin "estrictamente político: limpiar el escenario político antes de que se presenten los candidatos a diputados y amordazar a los críticos del poder". El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que estos casos “no tienen ninguna relación con la política”.

SF CP