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Pyongyang lanzó otro misil y se niega a dialogar

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Misil. La foto de la prensa oficial norcoreana del lanzamiento. | afp

Corea del Norte disparó con éxito un nuevo misil antiaéreo, mientras el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se prepara para reunirse en respuesta a la reciente ola de pruebas de armamento por parte del país.

El misil antiaéreo tenía un “notable rendimiento de combate” e incluía controles de doble timón y otras nuevas tecnologías, dijo la KCNA, la agencia oficial de noticias de Corea del Norte.  

En septiembre el país lanzó lo que dijo ser un misil de crucero de largo alcance, y a principios de esta semana probó lo que describió como un vehículo hipersónico de deslizamiento, que según el ejército de Corea del Sur parecía estar en las primeras etapas de desarrollo. 

El miércoles, el líder de Pyongyang, Kim Jong Un, calificó de “truco mezquino” las repetidas ofertas de Washington de mantener conversaciones sin condiciones previas, y acusó a la administración del presidente Joe Biden de continuar la “política hostil” de sus predecesores.

Pyongyang está sometido a múltiples sanciones internacionales por sus programas de armamento, que han progresado rápidamente bajo el mandato de Kim, incluyendo misiles capaces de alcanzar todo el territorio continental de Estados Unidos, su test nuclear más potente hasta la fecha. 

Consejo de Seguridad. Los últimos test han suscitado la condena internacional y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que creaban “mayores perspectivas de inestabilidad e inseguridad”.  La reunión de ayer del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Corea del Norte, convocada por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, debía celebrarse inicialmente el jueves, pero pero fue retrasada por Rusia y China, que pidieron más tiempo para estudiar la situación, dijo una fuente diplomática. 

Beijing es el principal aliado de Pyongyang y, en tiempos normales, su mayor proveedor de comercio y ayuda, aunque el Norte se encuentra desde principios del año pasado bajo un bloqueo autoimpuesto tras cerrar sus fronteras por la pandemia de coronavirus. Corea del Norte tiene un largo historial de uso de test de armas para aumentar la tensión, en un proceso cuidadosamente calibrado para intentar avanzar en sus objetivos. 

Con sus últimas acciones, Kim busca “tantear el terreno con Washington” y su “umbral para las provocaciones armamentísticas”, dijo Soo Kim, de la Corporación RAND.  

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, ha reiterado sus llamamientos para que se declare formalmente el fin de la guerra de Corea, que cesó en 1953 con un armisticio pero no con un tratado de paz.

A Moon le quedan solo unos meses en el cargo y podría estar buscando asegurar un “logro” con el Norte antes de que termine su mandato. 

Las conversaciones entre Pyongyang y Washington están paralizadas desde el fracaso de una cumbre en Hanói en 2019 entre Kim y el entonces presidente Donald Trump sobre el alivio de las sanciones y lo que Corea del Norte estaría dispuesta a ceder a cambio.

Washington y Seúl son aliados en materia de seguridad, y Estados Unidos tiene desplegados unos 28.500 soldados en Corea del Sur para protegerlo de su vecino. En agosto, ambos realizaron ejercicios militares conjuntos que siempre enfurecen a Pyongyang. 

Bajo el mandato del presidente Joe Biden, Estados Unidos ha declarado en repetidas ocasiones su disposición a reunirse con representantes norcoreanos en cualquier momento y lugar, sin condiciones previas, al tiempo que afirma que buscará la desnuclearización.