Una investigación del organismo de derechos humanos Safeguard Defenders asegura que China opera al menos 54 centros de servicios policiales secretos y no declarados en distintos países, con el objetivo de obligar a quienes se fueron de Beijing a regresar al país, y para ejercer influencia y silenciar a los opositores políticos.
Se autodenominan “Estaciones de servicio en el extranjero 110”, en referencia al número de emergencia de la policía china.
El reporte, de más de 20 páginas, asegura que el propósito es, mediante estos centros, lograr “un medio para que el Partido Comunista Chino (PCCh) tome la ley en sus propias manos, sin importar la jurisdicción, y para, en sus propias palabras, 'tomar medidas enérgicas contra diversas actividades ilegales y criminales que involucran a personas chinas en el extranjero”.
Estas “estaciones de servicio en el extranjero”, agregan, se establecen principalmente para realizar una serie de tareas aparentemente administrativas para ayudar a los chinos en el extranjero en su comunidad de residencia en el extranjero, “pero también tienen un propósito mucho más siniestro y totalmente ilegal”, según expone la organización civil Safeguard Defenders.
Mediante "operaciones de persuasión", buscarían coaccionar a los sospechosos de hablar en contra del régimen chino para que regresen a casa.
“Si bien la evidencia disponible hasta el momento sugiere que la mayoría de las operaciones policiales transnacionales se llevan a cabo a través de las herramientas en línea de la "estación en el extranjero" operada a nivel nacional, algunas anécdotas oficiales de operaciones oficiales citan explícitamente la participación activa de las Asociaciones de Ciudadanos en el terreno para rastrear y perseguir objetivos. indicado por la Oficina de Seguridad Pública local o la Fiscalía en China”, explica el reporte.
Cómo funcionan las comisarías ilegales que tendría China en distintas partes del mundo
Estas comisarías ilegales se presentan como ventanillas únicas para los chinos en el extranjero, que ofrecen asesoramiento legal, procesamiento de documentos y “línea directas” con la policía en China.
De acuerdo al estudio, Europa tiene la mayor concentración de centros policiales no declarados del mundo. En tanto, varios gobiernos occidentales ya reaccionaron a los informes y comenzaron investigaciones en lugares como Canadá, Londres, Glasgow, Nueva York, Ottawa, Dublin, Madrid, Amsterdam, Rotterdam y Sidney.
En América del Sur, estas bases ilegales estarían en Buenos Aires, Viña del Mar, San Pablo, Río de Janeiro, Guayaquil y Quito. La presunta comisaría ilegal de nuestro país sería administrada por la Oficina de Seguridad Pública del condado de Fuzhou (provincia de Fujian)
Un disidente chino que vive en los Países Bajos, citado por la cadena de televisión RTL y el sitio web de investigación Follow the Money, asegura que estas "comisarías de policía" son en realidad utilizadas para silenciar a los opositores políticos.
Los sitios donde habrían funcionado estas comisarías: qué pasó con algunos de ellos
The Associated Press visitó algunos de los lugares identificados por Safeguard Defenders en Roma, Madrid y Barcelona. En esos sitios encontraron, respectivamente, un salón de masajes, la sede en español de una asociación de ciudadanos de Qingtian y una empresa que brinda servicios de traducción legal, pero no hallaron indicios de estaciones de policía u otra actividad directamente relacionada con el gobierno chino.
Un trabajador de la empresa de traducción de Barcelona confirmó a ese medio que una Estación de Servicio de la Policía en el Extranjero de Fuzhou operó en las instalaciones durante algunas semanas este año.
Un informe de la televisión portuguesa detalló que uno de los lugares, ubicado en un complejo industrial en el norte de Portugal, parecía ser un taller de automóviles operado por un hombre chino.
Si bien el hombre negó cualquier conexión con el gobierno chino, la emisora SIC Noticias lo mostró en un video promocionando los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing y dijo que encabeza una asociación local que ayuda a los inmigrantes chinos.
Marton Tompos, legislador de Hungría, dijo que uno de los dos lugares en la capital de ese país tenía un letrero que decía Estación de Policía de Qingtian en el Extranjero. Tompos dijo que no pudo contactar a nadie afiliado a los sitios, y que cuando los visitó nuevamente días después, el letrero ya no estaba allí.
En el caso de Dublin, el Departamento de Relaciones Exteriores ordenó el cierre de una “estación de servicio de policía” china que operaba en el centro de la ciudad. La Estación de Servicio de la Policía en el Extranjero de Fuzhou abrió a principios de este año en un edificio de oficinas en Capel Street , que compartía con otras organizaciones chinas.
No obstante, la embajada china en Dublín insistió en que la oficina de Capel Street no participó en ninguna actividad policial ni hay evidencia de que estuviera involucrada en actividades de “persuasión”.
ag / ds