Reconocido mundialmente después del encuentro que mantuvo con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el Palacio de Miraflores, el dirigente de las FARC Iván Márquez tomó un protagonismo repentino, luego del asesinato del canciller de la organización armada Raúl Reyes.
En la actualidad, Márquez (cuyo verdadero nombre es Luciano Marín Arango) es uno de los siete miembros del Secretariado de las FARC. Nacido el 16 de junio de 1955 en Florencia (Caquetá), comenzó su militancia en la JUCO (Juventud Comunista) en 1977 y desde allí formó parte de las redes de apoyo a la organización armada.
Durante los ochenta fue elegido primero consejal y luego congresista, y sobrevivió al genocidio de más de 3.000 militantes del partido político de izquierda Unión Patriótica. En 1985 se vinculó como comisario político en el frente XIV de las FARC, al tiempo que se encargo de las finanzas de varios grupos.
Márquez lidera el Bloque Caribe de las FARC desde el fallecimiento de Efraín Guzmán (uno de los fundadores de la organización armada). Se caracteriza por ser un líder ideológico y figura internacional y es catalogado como uno de los más radicales dentro de la línea política.
Para el Departamento de Estado norteamericano, Márquez es el encargado de establecer políticas para la producción y distribución de cocaína a los Estados Unidos y otros lugares del mundo, con el objetivo de financiar la organización armada.
Considerado una de las figuras más reconocidas de la FARC por la sociedad colombiana, Márquez es señalado como el reemplazante natural de Raúl Reyes al frente de la Cancillería de la organización, al tiempo que se convirtió en un enlace fundamental para lograr la liberación de la ex candidata a Presidente, Ingrid Betancourt, secuestrada desde el 2002.