Aunque goza de 80% de popularidad entre los holandeses, no todos celebrarán la entronización de Máxima Zorreguieta en los Países Bajos. No es una cuestión personal contra la princesa argentina: los cuestionamientos se dirigen al papel de la monarquía en pleno siglo XXI. Las críticas no sólo provienen de grupos antisistema, sino también de parlamentarios que integran el arco político pero se niegan a jurar lealtad a la Corona.
Al menos 16 diputados y senadores de diferentes partidos anunciaron que no prestarán juramento a Guillermo Alejandro y Máxima en la coronación del próximo martes 30 de abril. Destacan la simpatía con que Zorreguieta supo ganarse el cariño de los holandeses, pero se rehúsan a postrarse frente a la autoridad real.
“La jura de los parlamentarios no es obligatoria y es incompatible con una democracia parlamentaria moderna –dijo a PERFIL el senador laborista Ruud Kole–. Desde el siglo XIX, siempre hubo parlamentarios que se negaron a jurar.” Su colega Ruard Ganzevoort coincidió en que “como republicano” no puede prometer que vaya “a defender los derechos de los reyes”.
En un gesto de inusual tolerancia, el municipio de Amsterdam destinó seis zonas especiales para que los grupos antimonárquicos que quieran protestar el día de la sucesión puedan hacerlo libremente. La primera organización que se inscribió para manifestarse fue el llamado Grupo de Nuevos Republicanos.
“Máxima es una mujer muy simpática, pero en los Países Bajos tenemos muchas mujeres así –comentó a este diario el líder del grupo, Ben Van Herwijnen–. Nos gustaría que se vuelva a la Argentina con Guillermo Alejandro, porque queremos un país con presidente. O tal vez ella podría postularse a la presidencia aquí, ya que sabe lo que es tener una presidenta.”
Otra cuestión polémica en torno a la princesa argentina es la de su padre Jorge Zorreguieta, ex funcionario de la dictadura militar. Máxima llamó al premier holandés para decirle que no invitaría a su familia a la ceremonia para evitar controversias. “Fue una decisión sabia, porque muchos holandeses suponen que Zorreguieta estuvo al tanto de la desaparición de personas en la Argentina y por eso les resulta inaceptable su presencia en ceremonias públicas –opinó Kole–. Aunque sería injusto culpar a la hija por los actos de su padre”.
