Pese a su corto mandato como primera ministra de Reino Unido, Liz Truss es elegible para una asignación financiada por los contribuyentes. Sin embargo, algunos sectores políticos exigen que se le niegue ese beneficio.
Se trata de la pensión vitalicia para primeros ministros Public Duty Costs Allowance, que otorga a quienes ocuparon el cargo 115.000 libras anuales de por vida en concepto de reembolso de sus gastos tras dejar el puesto.
Debido a que solo estuvo 44 días como primera ministra y las consecuencias económicas que dejó su gestión, varios sectores de la política reclaman que se le niegue el acceso a esta pensión.
De acuerdo con la información de la BBC, la portavoz de la Oficina del Gabinete de los Liberales demócratas, Christine Jardine, sostuvo: “No hay forma de que se le permita acceder al mismo fondo de por vida de 115.000 libras esterlinas al año que sus predecesores recientes, quienes sirvieron durante más de dos años”.
“El legado de Truss es un desastre económico, por el cual los conservadores están haciendo que los contribuyentes paguen la factura”, continuó.
Las asignación vitalicia
La pensión comenzó tras la dimisión de Margaret Thatcher en 1991 por el exprimer ministro John Major. En ese sentido, se introdujo para ayudar a quienes ocupen el cargo para que puedan cumplir con los deberes públicos.
Esta pensión vitalicia no está pensada para solventar toda la vida privada de los funcionarios, sino que incluiría gastos de oficina, personal que los ayuden en sus obligaciones, así como viajes y eventos a los que son invitados por haber ejercido el cargo de primer ministro británico.
Duró menos que una lechuga: Liz Truss fue la primer ministra más breve de la historia británica
Además de esta pensión, existe una indemnización por despido, equivalente a un pago único del 25% del salario anual del cargo que hayan ejercido. Los exministros Tony Blair, Gordon Brown, David Cameron y Theresa May reclamaron esta pensión. Boris Johnson, por su parte, aún no ha realizado una petición formal.
RdC