Los incendios causados por la peor ola de calor que afectó Rusia continúan devastando partes del territorio del país, mientras unos 2.500 bomberos continúan luchando con dificultad contra el fuego, sobre todo cerca del centro nuclear de Sarov, a 500 km al este de Moscú. En tanto, los tres primeros aviones estadounidenses cargados con material de ayuda llegaron hoy a Rusia.
Los incendios, que han causado 54 muertos desde julio, destruyeron una cuarta parte de los cultivos rusos y cubrieron la semana pasada a Moscú con una capa espesa de humo tóxico. Sin bien las autoridades rusas aseguraron que las superficies devastadas por los incendios en el país habían disminuido y que ningún sitio sensible estaba directamente amenazado por las llamas, unos 480 incendios seguían ardiendo hoy, cubriendo una superficie de 56.000 hectáreas, informó AFP.
En tanto, unos 2.500 bomberos continúan luchando contra el fuego que devasta una reserva natural cerca del centro nuclear de Sarov, una ciudad en la región de Nizhny Novgorod que está vedada a los extranjeros, como en la época soviética.
Por su parte, dos aviones C-130 de la fuerza aérea de Estados Unidos y un avión fletado por el Estado de California, todos cargados con material que incluye tanques de agua y vestimentas de protección contra el fuego, aterrizaron hoy en el aeropuerto de Vnukovo. Y otros dos C-130 son esperados en los próximos días.
Según el Departamento de Estado, el monto de la ayuda estadounidense se elevará a 4,5 millones de dólares y colaborarán con las autoridades rusas agencias como el Ministerio de Defensa, la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) y el servicio federal de bosques.
Sin embargo, las autoridades rusas afirmaron que el área afectada, que alcanzó las 200.000 hectáreas en su momento más crítico, se redujo en unas 25.000 hectáreas desde ayer.
Pero según un comunicado del ministerio ruso de Situaciones de Emergencia de la república rusa de Mordovia, donde está situada la reserva natural, el incendio en el distrito de Popovka, cuya capital está a 17 km de Sarov, no ha cedido, afectando aún una superficie de 1.000 hectáreas. "El fuego se extiende de Norte a Sur a lo largo de 7 km, y de Oeste a Este en 3 km", precisa el comunicado.
Otros dos sitios sensibles son el centro de reciclado de los desechos nucleares de Mayak y el centro de materiales fisibles de Snejinsk, ambos ubicados a 2.000 km al este de Moscú, en los Urales, también se vieron amenazados por los incendios, pero la situación parecía controlada.
Las autoridades también estaban preocupadas de que el fuego pudiera desprender partículas radiactivas en la parte occidental de Rusia que sigue contaminada luego del desastre nuclear de Chernobil en 1986, aunque expertos han asegurado que el nivel de radiación es normal en todo el país.
En Moscú, la capa de humo tóxico provocada por los incendios hizo que la mortalidad se duplicara en un año, y pasara de menos de 400 personas diarias en julio del año pasado a 700 en el mismo mes de este año.
En Moscú, la capa de humo tóxico provocada por los incendios hizo que la mortalidad se duplicara en un año, y pasara de menos de 400 personas diarias en julio del año pasado a 700 en el mismo mes de este año.
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