INTERNACIONAL
15 días de invasión

Rusia intensifica ataques aéreos en varias ciudades y aprieta el cerco sobre Kiev

Mientras las tropas de Moscú avanzan hacia la capital y sus bombas nocturnas aterrorizan a los civiles, Estados Unidos y sus aliados endurecen las sanciones económicas.

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Desolador. Bomberos tratan de apagar el fuego tras un bombardeo ruso a la ciudad de Dnipro, uno de los nuevos blancos de Moscú. | afp

Estados Unidos incrementó las sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania, cuyas tropas prosiguieron con el avance en el oeste y el centro, y con el estrechamiento del cerco sobre Kiev. 

Centenares de miles de civiles se hallan atrapados bajo los bombardeos, dos semanas después del inicio de la invasión, el 24 de febrero. Según la ONU, 2,5 millones de ucranianos ya huyeron del país.

La situación es particularmente atroz en la ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur, donde según las autoridades locales 1.500 personas murieron desde que Rusia la aisló prácticamente del mundo hace doce días. El representante local del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Sasha Volkov, alertó que algunos residentes “han empezado a pelearse por la comida” y que muchos se quedaron sin agua potable. 

Las potencias occidentales han impuesto pesadas sanciones a Moscú y enviado fondos y pertrechos militares a Ucrania, sin lograr detener el avance ruso, ni el bombardeo de objetivos civiles. Biden y sus aliados del G7 y la Unión Europea (UE) decidieron excluir a Rusia del régimen de reciprocidades que rige el comercio mundial, lo que abre el camino para la imposición de aranceles punitivos contra Moscú.

Ayer, Biden subrayó que, además, los aliados detendrán la importaciones de vodka, diamantes, pescado y marisco rusos, importante fuente de ingreso de divisas para Moscú, y prohibieron a su vez exportar hacia Rusia productos de lujo.

“Putin debe pagar el precio, no puede empezar una guerra que amenaza los fundamentos de la paz internacional y de la estabilidad y luego pedir ayuda a la comunidad internacional”, dijo Biden.  

Las primeras negociaciones de alto nivel entre Rusia y Ucrania, el jueves en Turquía, no desembocaron en ningún avance de cara a un alto el fuego, pero el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que vio algunos “pasos positivos” en las conversaciones. Ese comentario animó a las Bolsas de Estados Unidos y Europa, que este viernes operaron en verde.

Bombardeos. Esas señales no se ven en el terreno, donde los bombardeos no cesaron. Tres misiles impactaron por la mañana en edificios civiles en la ciudad de Dnipro, destrozando una fábrica de zapatos y matando a un guardia de seguridad. Hasta ahora, esa ciudad industrial de un millón de habitantes era considerada relativamente segura, lo cual llevó a instalar ahí un centro de coordinación de ayuda humanitaria y de recepción de desplazados. 

“Hoy se suponía que debíamos recibir a gente que necesita mucho apoyo. Ahora no podemos ayudar a nadie”, dijo Svetlana Kalenecheko, quien vive y trabaja en una clínica dañada por el ataque.

Otras ciudades sufrieron bombardeos nocturnos, como Chérnígov (norte), Sumy (noreste) y Járkov (este), fuertemente impactadas por la ofensiva rusa. Los ataques causaron daños en edificios de viviendas e infraestructuras de suministro de agua y electricidad. 

Cerca de Oskil, en la región de Járkov, un establecimiento para personas con discapacidad fue blanco de los bombardeos, sin que se reportaran víctimas mortales. Rusia anunció que los aeropuertos militares de Lutsk e Ivano-Frankivsk, cerca de la frontera con Polonia, quedaron “fuera de acción”. Las autoridades locales afirman que cuatro militares ucranianos murieron.

El gobierno ruso prometió la apertura diaria de corredores humanitarios para que los ucranianos huyan de los combates y puedan llegar a Rusia, pero Ucrania se niega a evacuar a sus ciudadanos a Rusia y reclama corredores dentro de sus fronteras. 

“Mercenarios sirios”. El ejército ucraniano alertó en un informe que “el enemigo está intentando eliminar las defensas de las fuerzas ucranianas” en numerosas localidades al oeste y el norte de Kiev, con el objetivo de “bloquear la capital”.

El alcalde de Kiev, el ex campeón de los pesados Vitali Klichkó, dijo que la mitad de la población se había marchado y que la ciudad, antes con casi tres millones de habitantes, “se ha transformado en una fortaleza”.

El consejero del presidente Volodimir Zelenski, Mikhailo Podolyak, escribió en Twitter que la ciudad está “preparada para luchar”, con puestos de bloqueo y líneas de suministro: “Kiev aguantará hasta el final”, advirtió. 

Los soldados ucranianos describieron intensos combates para controlar la principal autopista que lleva a la capital.

El Ministerio de Defensa británico indicó que la estrategia de rodear ciudades “reducirá el número de fuerzas disponibles para avanzar y ralentizará el avance ruso”.

El Kremlin apuntó que ciudadanos de Siria y de otros puntos de Oriente Medio podrían ser autorizados a combatir junto a las fuerzas rusas en Ucrania. Zelenski acusó a Moscú de contratar “asesinos de Siria, un país donde todo ha sido destruido por los ocupantes, algo por lo que nos están haciendo pasar a nosotros”.

“Guerra abierta”. En un mensaje grabado fuera de la oficina presidencial, en Kiev, Zelenski instó a la UE a “hacer más” para ayudar a Ucrania.

Hasta ahora, los países occidentales han ofrecido respaldo militar y humanitario a Ucrania, y refuerzan casi diariamente las sanciones contra Moscú, pero rehúsan convertir el conflicto en un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN, dos potencias nucleares.

En particular, Washington y la OTAN rechazan el insistente pedido de Zelenski de declarar una zona de exclusión aérea sobre el territorio ucraniano.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, recalcó que la Alianza transatlántica tiene “la responsabilidad de impedir que este conflicto se intensifique más allá de las fronteras de Ucrania y se convierta en una guerra abierta entre Rusia y la OTAN”. 

El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, propuso a los líderes del bloque, reunidos en una cumbre en Francia, un aporte adicional de 500 millones de euros (548 millones de dólares) en ayuda militar a Ucrania.

 

Biden y la Tercera Guerra Mundial

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró su posición de no intervención en el conflicto entre Ucrania y Rusia porque una “confrontación directa” entre Moscú y países de la OTAN sería el desencadenante de una “tercera guerra mundial”.

“No libraremos una guerra contra Rusia en Ucrania. La confrontación directa entre la OTAN y Rusia sería la tercera guerra mundial”, afirmó Biden en sus redes sociales. 

El presidente estadounidense enfatizó que un conflicto a gran escala, que involucre a más potencias, es precisamente lo que se tiene que prevenir.

Pese a esto, Biden quiso “ser claro” y enfatizó el compromiso de Washington para defender “cada centímetro del territorio de la OTAN con todo el poder de una OTAN unida y galvanizada”. El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, también rechazó una guerra con Rusia.