Al comenzar el último cónclave en el Vaticano para elegir al sucesor de Benedicto XVI, había dos argentinos entre los candidatos: el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, que ya había sido "papable" en 2005, y Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y consejero de la Comisión Pontificia para América Latina. Semanas después de la elección por la cual Bergoglio se convirtió en el papa Francisco, Sandri aseguró que está "felicísimo" con la designación del jesuita porteño y sostuvo que hay que estar "loco" para querer acceder al cargo de Sumo Pontífice.
"Solamente a un loco se le puede ocurrir ser Papa con todos los problemas y los líos que hay", replicó el cardenal cuando el periodista Ernesto Tenembaum, en su programa radial de FM Rock & Pop, le preguntó si no tenía "bronca" por no haber sido consagrado. "Al contrario, me da una alegría inmensa y no me da ninguna bronca, yo estoy felicísimo de Francisco", agregó.
Entre los problemas de la Iglesia católica se cuentan las revelaciones del Vatileaks, las acusaciones de lavado de dinero y las denuncias de abusos sexuales y pedofilia. "Se trata de casos particulares, deleznables, inaceptables. Hay que saber detectar a los malhechores y erradicarlos de la Iglesia", sostuvo.
Sandri, de 69 años, incluso desmintió que fuera "papable". "Había tantos candidatos... Lo de los papables es cuento chino, son elucubraciones. A ninguno se le ocurre ser Papa con toda la responsabilidad que eso representa", aseguró.
El sacerdote también negó que el Vaticano impulsara la renuncia del embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero: "Es una interpretación infantil del protocolo. La relación es cordial, de respeto mutuo y de mutua autonomía". "A los embajadores los nombra el gobierno, no nos preguntan a nosotros. No es la Santa Sede la que dice que hay que cambiar el embajador, son cosas exclusivas y privativas del gobierno", explicó.
Sandri también se desvinculó de la presunta campaña del Gobierno nacional contra la candidatura de Bergoglio en el cónclave. "Nada de eso ha pasado por mi mano ni nada. Eso es de bajo nivel. Es absurdo. Es completamente falso", rechazó. "Ni si quiera me preguntaron, ¿Qué periodismo es ese? No sé si la palabra 'bosta' es digna de esos comentarios", fustigó.
El prelado explicó también que Francisco no visitará la Argentina después de la gira por Brasil porque quiere dedicarle un viaje especial a su país. Por último, sobre los futuros cambios que se espera que sean propuestos por el nuevo Papa, opinó que "la doctrina de la Iglesia no puede cambiar". "No puede cambiar que el matrimonio es entre hombre y mujer y para siempre, puede haber otro tipo de consideraciones. El celibato de los sacerdotes es una ley de la Iglesia", ejemplificó.