Luego de un mes de un malestar social generalizado, la ciudad china de Shanghai flexibilizó su confinamiento estricto en algunos distritos gracias a un descenso en el número de casos positivos por coronavirus en esas comunidades puntuales.
Desde el inicio de la pandemia, China puso en marcha una política de “covid cero”, por lo que se imponían largas cuarentenas en las zonas en las que se registraba un rebrote del virus.
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Shanghai no estuvo exenta de esto y, ante la llegada de la variante Ómicron, comenzó a aislar a pequeñas comunidades. Sin embargo, la alta transmisibilidad de esta cepa provocó que se reporten cada vez más brotes y así 25 millones de personas quedaron confinadas durante semanas.
Las medidas no terminaron con el aislamiento obligatorio, sino que también se estableció un sistema de testeos masivos para poder identificar rápido un caso positivo y evitar la propagación del virus.
Semanas después comenzaron a notarse los resultados de estas medidas estrictas y los casos descendieron en algunas jurisdicciones. Por esto mismo, luego de no haber registrado casos positivos en dos distritos importantes, las autoridades de Shanghai decidieron flexibilizar las restricciones en estos territorios.
De esta manera, los habitantes de estas zonas tienen permitido circular por sus barrios y abandonar el confinamiento estricto en sus hogares. Así, cerca de 12 millones de ciudadanos pueden salir de sus casas y retomar nuevamente algo de su vida cotidiana, según informó la agencia AFP.
De igual forma, Shanghai registra aún cifras significativamente altas con respecto al total de casos positivos diarios, ya que este miércoles 20 de abril la ciudad informó 18 mil nuevos diagnosticados, razón por la cual no se levantó el aislamiento en toda el municipio chino.
Los problemas que trajo el confinamiento en Shanghai
El confinamiento en la ciudad más grande de China era total, es decir que los habitantes no podían salir de sus hogares bajo ningún aspecto, lo que generó dos grandes problemas: muchos niños fueron separados de sus padres a la fuerza y los alimentos comenzaron a escasear.
Con los testeos masivos, niños y adultos dieron positivo y fueron obligados a abandonar sus hogares para pasar la enfermedad en centros de aislamiento. En consecuencia, muchos menores de edad tuvieron que ser separados de sus familias.
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En relación con los alimentos, los ciudadanos solo tenían permitido realizar sus compras por internet, pero con una ciudad confinada las empresas de artículos básicos tampoco podían funcionar por la estricta medida. En consecuencia, el Estado fue quien asumió la responsabilidad de proveer agua y comida, por lo que las personas debía aguardar la entrega del Gobierno que no siempre cumplía con los plazos establecidos.
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