La lucha contra la corrupción a nivel mundial se estancó en los últimos años, según se desprende del último Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2018 publicado por Transparencia Internacional, que puso de relieve el impacto que esto tiene a su vez en la crisis de la democracia en todo el mundo actual. Para tal índice, Transparencia Internacional se nutre de trece encuestas y evaluaciones realizadas por expertos para medir la corrupción en el sector público de 180 países y territorios, a los cuales se les asigna una puntuación que va de 0, corrupción elevada, a 100, transparencia elevada.
Según el estudio, más de dos tercios de los países analizados obtienen menos de 50 puntos, siendo la puntuación media de tan solo 43 puntos. Desde 2012, según la ONG, solo 20 países han registrado mejoras significativas en sus respectivas puntuaciones, entre los que se encuentran Estonia y Costa de Marfil, mientras que en otros 16 países, entre los que destacan Australia, Chile y Malta, las calificaciones empeoraron de forma significativa. En el caso de Argentina, se sitúa en el puesto número 85, con 40 puntos sobre 100, uno más que en 2017 y 5 más que en 2015.
En 2018, Dinamarca y Nueva Zelanda encabezaron el índice con 88 y 87 puntos, respectivamente, seguidos por Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza, todos ellos con 85 puntos. En cambio los países donde la corrupción está más presente son Somalia, Sudán del Sur y Siria, con 10, 13 y 13 puntos, respectivamente. Los dos últimos países se encuentran sufidos en un conflicto mientras que en el caso de Somalia a la violencia del grupo yihadista Al Shabaab se sumó en el último año en impacto de la sequía.
Entre los países más corruptos del mundo también se encuentran Yemen y Corea del Norte, ambos con 14 puntos. El primero es víctima de una guerra civil mientras que el segundo es víctima de un régimen totalitario y hermético que ha dejado a buena parte de la población sumida en la pobreza. Por regiones, Europa Occidental y la Unión Europea, con 66 puntos de promedio, son las mejor puntuadas, mientras que África, con una media de 32 puntos, es la que presenta una peor puntuación media, seguida muy de cerca por Europa Oriental y Asia Central, con 35 puntos de media.
Transparencia Internacional llamó especialmente la atención sobre el caso de Estados Unidos, con 71 puntos en 2018, cuatro menos que en 2017 y que se sitúa en su nivel mínimo en los últimos siete años, quedando por primera vez fuera de los 20 primeros del índice. A la vez, Brasil cedió dos puntos y se sitúa en 35, su nivel más bajo en siete años igualmente. Respecto a este país, la ONG ha resaltó que junto a las promesas de acabar con la corrupción, el nuevo presidente, Jair Bolsonaro dejó claro que gobernará con mano firme, lo que representa una amenaza para muchos de los avances democráticos que logró el país.
Pese a la mejora de la puntuación de Argentina, Delia Ferreira Rubio, la presidenta de Transparencia Internacional dijo el año pasado que en nuestro país el kirchnerismo "sistematizó" el cobro de sobornos y que en la última década hubo "un crecimiento exponencial del volumen y sofisticación de la corrupción a nivel político-empresarial". Destacó además que el principal hito de este caso es que empresarios que hasta ahora no estaban vinculados directamente con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández comenzaron a confesar el pago de dinero a sus ex funcionarios.
"Argentina es un país anómico, el valor de las normas es relativo y algunas encuestas de cultura constitucional reflejan un escaso apego a las normas en general, empezando por cuestiones muy sencillas como las normas de tránsito", dijo Ferreira. "Los sucesivos escándalos de corrupción no han dado lugar a sanciones efectivas y oportunas a los responsables del sector público y del sector privado. Los juicios por corrupción se extienden por plazos que exceden en promedio los 14 años. Las sanciones son débiles y muchas veces las causas prescriben". En Argentina, dijo la activista, "prima la impunidad y ello acrecienta los incentivos para la corrupción". D.S.