Cómo pudo Tyler Robinson, un brillante estudiante de secundaria criado como mormón por padres republicanos, llegar a asesinar al activista estadounidense de derecha Charlie Kirk, ídolo de la juventud pro-Trump. La pregunta agita Washington, un pequeño pueblo del estado de Utah.
El sospechoso de 22 años, arrestado el jueves por la noche tras 33 horas de búsqueda, creció en este pueblo del oeste de Estados Unidos, rodeado de cañones y montañas.
Sus padres viven en una típica casa estadounidense de clase media, enclavada en una calle sinuosa de césped impecable. En este barrio pegado a la iglesia local, Kris Schwiermann está en shock.
Tyler era el mayor de tres hijos, un niño “tranquilo, respetuoso, bastante reservado, pero muy, muy inteligente”, declaró esta exconserje de su escuela primaria, ahora jubilada.
“Era el estudiante ideal, el tipo de persona que querrías en tu clase”, confirma Jaida Funk, quien fue su compañera desde la primaria hasta la secundaria, entre sus 5 y 16 años.
“Siempre pensé que se convertiría en un empresario o en un CEO algún día, en vez de esto que estoy descubriendo sobre él ahora”, agrega la joven de 22 años. “Definitivamente es inesperado”. Era tranquilo, pero no raro, tenía amigos y hablaba con diferentes grupos”, agregó.
Tras graduarse con honores en el secundario en 2021, Tyler asistió brevemente a la universidad antes de cambiarse a un programa de aprendizaje de electricidad en una escuela técnica cerca de su casa.
Padres cazadores. Sus padres, un vendedor de mesadas de granito para cocina y una profesional de la salud que trabaja con personas con discapacidad, son mormones, como muchos habitantes de Utah, según Schwiermann.
Difundidas por los medios estadounidenses, las fotos que los Robinson compartieron en redes sociales cuentan la historia de una familia que amaba viajar, acampar y cazar con sus hijos. Un aprendizaje banal con armas de fuego que Tyler aparentemente utilizó al matar a Kirk de un disparo en el cuello con un rifle con mira telescópica durante un mitin en el campus de la Utah Valley University.
Aunque sus padres están registrados como republicanos, el joven no tiene ninguna afiliación política. Incluso no votó en las últimas elecciones. Sin embargo, de acuerdo con el gobernador de Utah, Spencer Cox, quien reveló algunas de las conclusiones de la investigación el viernes, el joven se había “politizado más en los últimos años”.
Habría compartido con un familiar su hostilidad hacia Kirk, un aliado cercano del presidente Donald Trump. Los investigadores también encontraron mensajes con tono antifascista: “¡Hey, fascista, atrápala!” o “Bella ciao”, el estribillo de la popular canción antifascista italiana, iban inscritos en los casquillos de bala encontrados cerca de la escena del crimen.
Esto bastó para que una parte de la derecha estadounidense lo etiquetara como un asesino de “extrema izquierda”. Pero lo cierto es que no mostraba inclinación política alguna.
Juegos y autos. Más que un activista ferviente, sus excompañeros de secundaria lo describieron al New York Times como un aficionado a videojuegos como “Halo” y “CallofDuty”.
Tyler tampoco habló de política con Jay, quien lo veía desde enero tras unirse a un grupo de fanáticos de grandes autos. “Era bastante tímido, simplemente un amante de los autos”, suspira desconcertado este hombre de 40 años. “Simplemente hablamos de nuestra pasión por los ‘muscle cars’”.
Ahora, todos se preguntan en Washington “¿por qué este chico flaco entrando y saliendo de su auto sería capaz de cometer un acto tan atroz?”.
“No tienen idea de lo que hicieron”
Agencias
La viuda del activista estadounidense de derecha Charlie Kirk grabó y difundió un video donde agradece a las autoridades y a la policía por detener al asesino, y muestra a su esposo en el féretro.
Erika dijo que Kirk “amaba la vida, amaba a Estados Unidos, amaba la naturaleza”. “Charlie amaba a sus hijos y me amaba a mí con todo su corazón. Quería que todos trajeran el paraíso a la tierra a través del amor que trae criar una familia”, dijo, para luego agregar: “Mi esposo perdió su vida por mí, por su nación, por nuestros hijos”.
Luego, hablando en plural, afirmó: “Los responsables de la muerte de mi esposo no tienen idea de lo que hicieron. Mataron a Charlie porque predicaba un mensaje de patriotismo, fe y el amor incondicional de Dios. Si creían que la misión de mi esposo era fuerte, no tienen idea lo que acaban de desatar en este país y este planeta. Los llantos de esta viuda rebotarán por el mundo”, aseguró, en cámara.
En otro tramo del video, y entre llantos, la viuda del activista proarmas, cristiano y antinmigrante, sostuvo que “el movimiento que mi esposo construyó no morirá”.
“No lo hará. Me niego a permitir que eso suceda”, prometió Erika Kirk tras lamentar la pérdida de un padre y esposo “perfecto”. La mujer recibió mensajes de aliento de todos los lugares de EE.UU.