Kalel Langford tiene sólo 14 años y ya es multimillonario. Pagó 10 dólares para entrar junto a su familia al Cráter de Diamantes, un parque estatal de Arkansas, Estados Unidos, su ciudad natal. Luego de una recorrida por el lugar, ya cerca de la orilla, una piedra brillante en el suelo le llamó la atención.
“Estaba a sólo unos centímetros de una corriente de agua, con un montón de otras rocas que eran del mismo tamaño”, dijo Kalel, que jamás imaginó que podría tratarse de una reliquia.
Cuando su padre vio el descubrimiento de su hijo sospechó que estaban ante un potencial gran negocio: “Sólo estuvimos en el parque durante unos 30 minutos cuando lo encontró. Su color era tan oscuro que no estábamos seguros si era un diamante, pero sabíamos que necesitábamos analizarlo”, contó el hombre.
Seguidamente, la familia Langford llevó a examinar su piedra al Diamond Discovery Center. Se trata de un centro de descubrimiento de diamantes ubicado en el mismo predio, ya que el lugar tiene una larga tradición de hallazgos preciosos. Allí les confirmaron que habían encontrado uno de los diamantes más grandes de la historia de ese lugar. Les informaron, además, que la política del parque es que quien descubre una piedra de este tipo, no tiene impedimentos para llevársela, según consigna el diario Huffington Post.
El diamante de 7,44 quilates todavía no fue tasado, pero se cree que tiene un valor cercano al millón de dólares, por la comparación con una piedra similar, levemente más grande, que se vendió por esa cifra.
Waymon Cox, portavoz del parque, sostuvo: "Las condiciones eran ideales para que Kalel encontrara su diamante. Había caído una gran lluvia en el área de búsqueda arada durante la semana. Una lluvia fuerte puede llevar a los diamantes más grandes cerca de la superficie".
Según Cox, se trata de un "hallazgo verdaderamente extraordinario". "El diamante de Kalel es aproximadamente del tamaño de un frijol pinto y de un color marrón muy oscuro, similar al café. La gema tiene una apariencia helada, con la forma de una almohada o de una cometa", precisó.
“Superman” fue el nombre que el niño eligió para el diamante, por su fanatismo por el superhéroe. Por el momento, planea conservarlo y lucirlo como un trofeo.