El reconocido intelectual italiano Gianni Vattimo pasó por la Argentina para dar una serie de conferencias y seminarios sobre política, filosofía, religión y democracia, entre otros temas. Perfil.com aprovechó la ocasión de su visita al país para entrevistarlo sobre estos y otros temas.
Invitado por la Asociación de Docentes de la UBA, la Federación de Docentes de las Universidades Nacionales, y el Departamento de Artes Audiovisuales del Instituto Universitario Nacional del Arte, Vattimo, Vattimo, quien se autodefinió como socialista y un "defensor de las causas perdidas", describió en detalle los principales aspectos de las sociedades tanto europea como latinoamericana.
- ¿Cómo hay que repensar la inseguridad, los delitos, y la situación penitenciaria?
- Según la experiencia italiana... Hay que reducir los crímenes, pero no que haya menos delitos sino que menos cosas sean consideradas delitos. Tomo el caso por ejemplo de la inmigración clandestina. Es un crimen, que requiere juicios, implica cárcel, cuando podría ser resuelto con más asistencia pública, estructuras receptivas, y con menos criminalización. Lo mismo vale por el tema de la droga. Una gran parte de los presos en Italia son por ser inmigrantes ilegales, por ser drogadictos, por ser comerciantes de marihuana, etc. Son todos crímenes que pueden ser reducidos a un nivel menos criminal para no implicar cárcel, etc.
Paradójicamente se puede reducir la criminalidad reduciendo el número de los crímenes. En Europa se habla de la lucha contra las drogas y cada año se constata que las medidas que se toman son ineficades, sin embargo se intensifican las mismas medidas. Se sigue la misma lógica que no da resultado. En esto hay también un interés de las mafias y de los narcotraficantes.
- Al margen del llamado "giro a la izquierda" de la región sudamericana, en Argentina se dio en las últimas elecciones un fuerte avance de las izquierdas trotskistas (Frente de Izquierda a nivel nacional, Partido Obrero en Salta). ¿Cómo se explica este fenómeno?
- América Latina me parece en muchos sentidos un lugar de madurez política mayor que el mundo central occidental industrial europeo. Por ejemplo, qué tienen estos movimientos que hacer con la izquierda más gubernamental aquí con Chávez, Lula, Correa, Evo Morales. ¿Hay como una conexión entre los dos fenómenos o no? Porque me parece que se explica como una presencia de ideas extremas pero de una izquierda que tiene bases populares. Considero a América Latina un lugar políticamente más vivo y más interesante desde el punto de vista de las ideas, de las prácticas, que el resto del mundo en este momento.
- ¿Qué se puede esperar del Papa Francisco más allá de los tan mediatizados gestos?
- El destino de la Iglesia del Cristianismo y de la Iglesia Católica como la principal iglesia cristiana es de negarse un poco como institución poderosa. Porque esto da solamente lugar a conflictos de poder. La lucha religiosa. Pienso que todo esto no se revuelve en los llamados diálogos interreligiosos, porque nunca nadie se convirtió. Pienso que es un punto de reducción de las diferencias religiosas de la sociedad civil. Pero no lo veo. Yo, como cristiano-católico he recibido la fe de la Iglesia Católica. Si la Iglesia Católica no existía no sé quién me habría enseñado el evangelio por ejemplo.
De un lado, no puedo lamentar la existencia de una iglesia que se transmite estructuralmente, históricamente. De otro lado me gustaría un poco diferente con por ejemplo con curas femeninas. Esto sería una gran idea. Imagine usted cuando los hombres tengan que ir a confesarse con un cura mujer. Toda una multitud de actitudes morales, sexuales, familiares van a cambiar totalmente. Porque se va a tener que ir a compartir los pecados con esta señora... Quiero decir, con muy poco se hacen cambios. No es necesario ninguna cambio dogmático, ni ninguna negación de los fundamentos. Yo creo que Bergoglio se encuentra en esta posibilidad.
Hay siempre una cierta desconfianza. Se piensa "¿Será sólo una táctica?". Se pregunta "¿Cómo puede ser un Papa tan abierto, tan progresista?". Quizás es una mentira. Pero ahora yo estoy del lado de los que consideran positivamente todo el fenómeno. Me parece un gran aventura. Me parece que la iglesia tiene capacidad de renovarse, incluso con esto de tomar un Papa del fin del mundo.
- ¿Cuál es el futuro de la comunicación y de los medios que la encauzan?
- Yo estoy preocupado porque como lector de los diarios en papel, estoy preocupado de que los diarios desaparezcan. Por ejemplo aquí en Buenos Aires se compraba en la misma mañana el Corriere della Sera, impreso el mismo que en Italia, ahora no lo encuentro más. El problema de los medios tiene dos espectros. Uno técnico, de cómo se adapta la información a la nueva posiblidad tecnológica. Segundo, un problema de poder financiero. Todos los escándalos de gate recientes, pasan porque todas nuestras comunicaciones pasan a través de los EEUU.
La comunicación está en riesgo de devenir en la nueva esclavitud. Es como la globalización. La globalización es una posibilidad que deviene real cuando más se interconectan las redes, los comercios, etc. Y el mundo parece una gran prisión. Yo soy un enemigo de la unidad en este momento. Prefiero llamarme anarquista, prefiero un mundo un poco más desordenado e incluso un poco menos seguro tal vez, pero un poco más libre. Técnicamente yo no veo una posibilidad muy optimista para mi idea de la libertad. Una sociedad tan integrada, por ejemplo, requiere una policía totalmente eficaz. Yo no soy optimista.
- ¿Tiene futuro la Unión Europea?
- No tiene futuro como tal, tiene futuro como Unión Europea renovada un poco en sus estructuras. Hasta ahora la Unión Europea parece una colonización del sur proveniente del norte. Nosotros dependemos mucho de las economías fuertes del centro y del norte de Europa. El tema de la austeridad que tenemos en Italia, y también en España, Portugal, es que los bancos reducen los créditos, las industrias cierran, y se venden por nada, y son compradas por chinos, por ej. No creo que haya un genio maligno que haya decidido que esto pase, pero es la realidad. Es una forma de nueva colonización, reducción de países como Italia a colonias económicas de poderes internacionales que no sé ni siquiera si son personas o entidades.
- ¿Cuáles son los problemas de las sociedades hoy en el mundo?
- A mí me parece que las sociedades del mundo están marchando hacia una más gran integración siempre y una menor libertad. En estos momentos yo veo una posibilidad de luchas marginales al interior del sistema y en la "espera de los bárbaros". Es decir, a la espera de algún cambio en el equilibrio mundial que posiblemente no sea un cambio de guerra pero que impongan límites al poder sistémico del occidente imperialista.
Por eso yo espero muchísimo de América Latina. América Latina tiene recursos, tiene gobiernos algunos ya comprometidos con una visión un poco más progresista, y que puede significar a nivel internacional un balance. Por ejemplo cuando Lula se fue a encontrar con Ahmadinejad sin que los Estados Unidos lo aprueben es una manera de reequilibrar un poco el balance de poder.
- Desde su visión, ¿Cómo ve a la Argentina en la actualidad?
- No llego a ver diferencias entre Argentina, Brasil, Ecuador, o Uruguay. Desde lejos se ve como una unidad. Yo creo que una forma de integración latinoamericana le daría al continente más fuerza internacional. Pero esto lo digo con prudencia porque por ejemplo puede haber una rivalidad nacional entre Brasil y Argentina, cuando se habla del Mercosur... ¿Quién manda? El problema es de todas las integraciones. Hay que limitar la integración a un cierto nivel para que no devenga como la opresión de la Unión Europea sobre los Estados europeos hoy.
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