Agencias
El Vaticano
Cerca de 20 mil personas, incluyendo devotos, fieles, turistas y ciudadanos de a pie, participaron ayer en la procesión en la que los cuerpos de San Pío y San Leopoldo Mandic fueron llevados a la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. La caminata inició su marcha desde la Iglesia de San Salvatore, en Lauro, del otro lado del río Tíber, y fue parte de los actos por el Jubileo de la Misericordia, que comenzó el 8 de diciembre de 2015 y concluirá el 20 de noviembre de 2016, para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II.
San Pío, también conocido como Padre Pío (1887-1968) fue un presbítero capuchino y santo italiano, famoso por los estigmas que exhibía en sus manos. Fue canonizado en 2002 por Juan Pablo II. A su vez, san Leopoldo Mandic de Castelnuovo (1866-1942) también fue un sacerdote capuchino declarado santo por el pontífice polaco.
Por petición expresa del papa Francisco, los restos de los dos santos serán exhibidos por primera vez en el Vaticano durante seis días, lo que motivó una mayor asistencia de fieles que la habitual