INTERNACIONAL
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Venezuela marchó por la paz con el temor a que vuelva la violencia

Cincuenta mil antichavistas exigieron el desarme de los grupos paramilitares. Mientras que el gobierno recibió apoyo de decenas de miles de mujeres. Hubo peligro de que se produjeran nuevos enfrentamientos.

En contra. El líder opositor Henrique Capriles recuperó protagonismo al convocar a una multitudinaria marcha.
| AFP

dpa/afp/ap desde Caracas

Cientos de miles de opositores y chavistas medían sus fuerzas ayer en sendas marchas a favor de la paz en Caracas y otras ciudades en una Venezuela convulsionada desde hace casi tres semanas por manifestaciones estudiantiles que han dejado diez muertos y un centenar de heridos.

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En Caracas, al menos cincuenta mil opositores respondieron a la convocatoria de Henrique Capriles; llenaron varias avenidas del municipio de Sucre, para exigir el desarme de grupos paramilitares y protestar por el deterioro económico. “Ya no aguantamos la situación del país. No es justo que siendo uno de los países más ricos del mundo no podamos ni conseguir comida, que nos maten a nosotros y a nuestros amigos y que cuando protestamos nos repriman”, dijo  Joel Moreno, estudiante de 24 años, que viajó desde Barquisimeto, al oeste del país, para participar en la marcha.

En el centro de la capital, bastión chavista, también decenas de miles de personas vestidas de rojo y blanco, y con flores en las manos protagonizaron una “marcha de mujeres por la paz y por la vida”, denunciando la violencia y los destrozos causados en el marco de las protestas estudiantiles, que el gobierno de Nicolás Maduro califica de “golpe de Estado en desarrollo”.

“Venezuela es un país de paz y no puede venir a transformar lo que es. ¿Por qué vienen estos estudiantes? Somos gente de paz. Esperamos que todo se normalice. Que dejen gobernar a este presidente, que fue electo democráticamente”, explicó Josefina Lisset, de 54 años, estudiante universitaria gracias a un programa social.

Aunque ambas marchas tuvieron lugar en zonas opuestas de Caracas, la posibilidad de que confluyan en algún punto de la geografía levantó las alarmas en un país altamente polarizado y que tiene muy presente los días de abril de 2002, cuando una manifestación opositora hacia el Palacio de Miraflores derivó en un breve golpe de Estado contra el entonces presidente Hugo Chávez.

Con su convocatoria a esta marcha, Capriles volvió a colocarse a la cabeza visible de la oposición, luego de que en los últimos días el protagonismo estuviera dominado por el sector radical de la Mesa de Unidad Democrática, cuyos dirigentes promueven la estrategia de ocupar las calles para conseguir, bajo la consigna de “La salida”, un cambio de gobierno.

“Este gobierno es un error en la historia, pero nosotros no podemos salir de este error para incurrir en otro error. Tenemos que construir una fuerza tan grande que sea capaz de convocar a los que se ponen la franela roja (identificados en el chavismo)”, aseguró Capriles.

“Algunos sectores radicales de la oposición había puesto en entredicho el liderazgo de Capriles, lo consideraban quizá débil por no apoyar las marchas que promovían ‘La salida’, pero hoy queda demostrado que el liderazgo de Capriles sigue en pie”, explicó el analista político Angel Oropoeza, profesor en la Universidad Simón Bolívar (USB).

Una de las cabezas visibles del ala radical es Leopoldo López, quien se encuentra en una prisión militar desde hace cinco días, acusado de varios cargos de incitación a la violencia.

Aunque con menor intensidad, las protestas continuaron el viernes en Caracas y otras localidades como San Cristóbal, que ayer vivió una jornada de relativa calma solamente con bloqueos en las principales avenidas.

El gobierno por su lado denunció “ataques con bombas molotov” en mercados populares y sedes del partido oficialista en varias ciudades del país. En una rueda de prensa el viernes, Maduro sostuvo que las protestas sólo afectan 18 de los 335 municipios de Venezuela y sentenció que las protestas iban a ir desapareciendo.

 

Ya son diez los muertos

AP/AFP desde Caracas

Una joven de 23 años falleció ayer por las heridas provocadas por un disparo hace cuatro días en Valencia, al norte del país, informaron fuentes médicas. Con esa nueva víctima fatal, ya suman diez los decesos en hechos ligados a manifestaciones opositoras en Venezuela.

“La joven fallece por una herida por arma de fuego” de perdigón en el rostro que le provocó “una lesión cerebral prácticamente total”, dijo al canal de noticias Globovisión Deyanira León, la médica tratante en un hospital de Valencia.

Familiares de la víctima denunciaron que la joven observaba el miércoles desde el exterior de su casa una protestas cuando llegó la Guardia Nacional a dispersar a los manifestantes, cuando recibió un disparo directo de perdigón en el rostro.

El viernes, fuentes oficiales informaron que sumaban nueve los muertos en las protestas, cinco de ellos por herida de bala y los demás en otros incidentes ligados a las protestas.