Uno de los eventos más observados a nivel mundial, el último adiós a la reina Isabel II del Reino Unido en Westminster Hall, tuvo un suceso inesperado: uno de los guardias reales que se encontraba cerca del féretro cayó desvanecido sobre el piso de piedra. Ante esto el resto de los oficiales acudieron en su ayuda.
Quienes hacían cola para pasar cerca del ataúd gritaron y se alteraron, por lo que la transmisión de la ceremonia fue interrumpida durante varios minutos mientras auxiliaban al guardia y reorganizaban la situación. Sin embargo, el video se hizo viral en las redes sociales y aparecieron los debates sobre el motivo del desmayo del guardia.
El corresponsal de la familia real y editor en jefe de Royal Central, Charlie Proctor, informó que, de ahora en adelante, “si uno de los guardias se siente mal durante la vigilia, se le ha dicho que levante la cabeza. Esto alertará al guardia superior y se realizará una rotación”.
El ataúd permanecerá en la capilla ardiente por cuatro días, durante los cuales los británicos pueden ir a despedirse de la reina. El funeral se llevará a cabo el lunes 19 de septiembre en la abadía de Westminster.
La monarca falleció el pasado jueves, con 96 años, cuando pasaba el final del verano en su residencia escocesa de Balmoral, por lo que los primeros homenajes se realizaron allí a principios de semana. El féretro fue expuesto en la catedral de St. Giles de Edimburgo durante 24 horas.
If one of the guards feels unwell during the Vigil, they have been told to raise their head.
— Charlie Proctor (@MonarchyUK) September 14, 2022
This will alert the senior guard and a rotation will take place. https://t.co/8xqQKfFJ3d
El ataúd, cubierto con el estandarte real, una corona de flores blancas y la corona imperial, ornamentada con diamantes y piedras preciosas, fue trasladado en un carro de armas tirado por siete caballos. El cortejo avanzó durante 40 minutos por el centro de Londres, acompañado a pie por el rey Carlos III, y sus hermanos: la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo. Los hijos del reina, Guillermo y Enrique, caminaban detrás junto a su primo Peter Phillips, hijo de Ana.
Durante la procesión, que avanzó al son de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, interpretadas por bandas de la Guardia Escocesa y la Guardia de Granaderos, se disparó una salva de cañón por minuto desde Hyde Park y sonó la imponente campana del Big Ben.
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