En las afueras de la ciudad ucraniana de Chernobyl fue encontrado el más impresionante pez: una carpa con dos cabezas, dos bocas y cuatro ojos. Existe la posibilidad de que sus malformaciones respondan a la toxicidad radioactiva de la zona en la que ocurrió el peor accidente nuclear de la historia.
En abril de 1986 ocurrió un accidente durante las pruebas de seguridad en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en lo que hoy es Ucrania, antes Unión Soviética. Sus efectos sobre los seres vivos subsisten hasta la actualidad por lo que podría ser la causa de que algunos animales hayan sufrido mutaciones.
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El animal recientemente hallado fue denominado "pez Chernobyl", sin embargo un científico de la universidad de Carolina del Sur Timothy Mousseau sostuvo en el Daily Mail que era poco probable que el pez haya desarrollado una malformación genética semejante, causada por la contaminación.
Según el biólogo, probablemente el animal tenía una morfología normal, pero sufrió un accidente. Para atribuir la malformación a la contaminación del lugar es necesario evaluar los niveles de radiación en el lago.
Chernobyl: el peor accidente nuclear de la historia
El accidente en la central nuclear de Chernobyl se produjo en medio de una prueba de seguridad en la que se hizo una simulación de un corte de energía eléctrica para ensayar un procedimiento que mantuviera la circulación de agua de enfriamiento hasta que los generadores eléctricos de respaldo pudieran proporcionar energía.
Esta práctica era habitual desde 1982, pero en esta oportunidad el sobrecalentamiento del reactor nuclear provocó explosiones sucesivas que emitieron gases con con altos niveles de radioactividad.
Dos operadores fallecieron y más de 130 personas que trabajaban en el lugar para apagar el fuego hospitalizadas con síndrome de irradiación aguda, 28 de ellas murieron poco después y en 14 casos se sospechó de cáncer inducido por radiación, en los años siguientes.
Fueron evacuadas más de 116.000 personas y una ciudad entera fue desocupada en un territorio de cerca de 2.500 kilómetros.
Los animales que quedaron en el lugar, tanto mascotas de quienes habitaban allí como especies autóctonas, fueron sacrificadas por considerarlas un peligro de transmisión de radiación, sin embargo, la flora y la fauna volvieron a reproducirse en el lugar.
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