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Volver a Irak: cómo será la guerra con el EI

La formación de una alianza internacional para combatir al ejército yihadista es el primer paso formal hacia un nuevo conflicto de gran escala. Francia tuvo ayer su bautismo de fuego. El rol crucial de los países árabes.

| Cedoc

Barack Obama alcanzó esta semana un objetivo clave en su estrategia contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI): involucrar política y militarmente a otros países en la batalla contra los yihadistas en Irak y Siria. La conformación de una alianza internacional de más de cuarenta naciones que colaborarán en diferentes aspectos representa el primer paso formal hacia una nueva guerra en Medio Oriente, cuyos alcances y potencial magnitud aún no están claros.

Un histórico aliado de Washington tuvo ayer su bautismo de fuego en el conflicto con el EI: dos cazabombarderos franceses Rafale destruyeron un arsenal de armas en los alrededores de la ciudad de Mosul, bastión de las milicias yihadistas en el noreste de Irak. Con esa acción, Francia se convirtió en el primer país europeo en atacar objetivos del EI y en el primero en sumarse a la “vía militar” adoptada el mes pasado por los Estados Unidos.

No todos los países de la coalición se comprometieron al mismo nivel con la nueva cruzada bélica. Mientras que los Estados Unidos, Francia, Alemania y Australia pondrán a disposición efectivos y aviones sobre el terreno, equipamiento militar y asistencia a tropas locales, otras potencias como Gran Bretaña, Italia y Japón sólo aportarán ayuda humanitaria y/o equipamiento.

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La gran novedad es la participación de varios países árabes en la alianza: además de Irak, Líbano, Egipto, Jordania, Kuwait, Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Qatar y Omán forman parte de la iniciativa internacional. Aunque coincidieron con la Casa Blanca en el apoyo a las tropas iraquíes y kurdas que combaten al EI, los gobiernos de Irán y Siria son los grandes ausentes de la alianza impulsada por Obama.

El apoyo de las monarquías petroleras del Golfo es crucial desde el punto de vista financiero y logístico. Arabia Saudita prometió 500 millones de dólares para la agencia de refugiados de la ONU que acoge a los emigrados de Irak. Qatar tiene para ofrecer la estratégica base aérea de Al-Udeid en la que opera el Centcom, el comando estadounidense responsable de Medio Oriente.

Al interior de la coalición, el mayor dilema gira en torno a si es conveniente o no enviar tropas terrestres a Irak en forma masiva. El presidente francés, François Hollande, ya adelantó que París no apoya esa posibilidad. Esta semana, Obama debió salir a desmentir a funcionarios de alto rango del Pentágono que habían sugerido que ninguna opción estaba descartada.

Más allá de los bombardeos a objetivos del EI, la segunda pata de la estrategia de la coalición es el respaldo a las tropas regulares de Irak y del Kurdistán que combaten a los yihadistas. Pero algunos expertos ya advierten sobre los riesgos de esa alternativa. “Las milicias chiíes de Irak se están convirtiendo en un peligro tan grande como el EI”, publicó la revista especializada Foreign Policy. Todo está por verse: la guerra recién empieza.