INTERNACIONAL
camión-bomba, drones y fusiles

Vuelve la violencia a Colombia: dos atentados dejan 18 muertos

El primero fue contra policías que trabajaban en la erradicación de narcocultivos. Derribaron un helicóptero y utilizaron drones con explosivos. El otro, con un camión-bomba, apuntó a una base aérea. El gobierno de Gustavo Petro se lo atribuyó a grupos disidentes de las FARC, que operan en los corredores de tráfico de droga.

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Ofensiva narco. Un camión cargado con explosivos estalló ante una base militar en Cali. | cedoc

Colombia sigue conmocionada por los sangrientos ataques de este jueves que dejaron 18 muertos y decenas de heridos, en una de las peores embestidas de los grupos armados en la última década.

El primero ocurrió en Antioquía, en el noroeste del país, donde una facción rebelde de las Fuerzas Armadas Revolucinarias (FARC) al mando de alias Calarcá arremetió contra un escuadrón de la policía que trabajaba en una misión de erradicación de narcocultivos.

Armados con fusiles y un dron, derribaron un helicóptero y se enfrentaron a los uniformados en un ataque que dejó 12 policías muertos.

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Luego, a las 15, un camión cargado con explosivos estalló en una calle concurrida de Cali (suroeste), la tercera ciudad más poblada del país. El ataque fue contra una escuela militar de aviación y dejó seis muertos y más de sesenta heridos, según el más reciente balance de la Defensoría del Pueblo.

Imágenes difundidas en redes sociales mostraron vehículos en llamas, viviendas destruidas, heridos en el piso y gente que huía despavorida en medio del ruido de alarmas y gritos.

El gobierno responsabilizó del atentado a la mayor disidencia de las FARC conocida como Estado Mayor Central (EMC), al mando de alias Iván Mordisco.

La violencia se recrudece en el país a un año de las elecciones presidenciales. El 11 de agosto falleció el candidato favorito de la derecha, Miguel Uribe, quien recibió varios disparos en la cabeza durante un atentado.

Las dos disidencias implicadas, enfrentadas entre sí, rechazaron el acuerdo de paz firmado en 2016 con el grueso de las FARC.

“Ruido estruendoso”. El norte de la ciudad de Cali fue un caos tras el ataque. “Alcanzamos a recibir el ruido estruendoso de la explosión. Luego no se pudo pasar, no se pudo ver nada, nada, porque había muchos heridos, muchas casas que se han dañado al frente de la base”, contó Héctor Fabio Bolaños, de 65 años, rector de un colegio aledaño.

La fiscalía anunció la captura de dos hombres “que habrían participado en la activación de los artefactos explosivos”. Uno de ellos fue “capturado por la comunidad en el lugar del hecho”, dijo el presidente Gustavo Petro.

La ciudad de 2,2 millones de habitantes, la más importante de la región del Pacífico, sufre una ofensiva de guerrillas y grupos narcotraficantes que se disputan el rentable negocio de la cocaína que envían a Estados Unidos y Europa.

Petro intentó negociar con el EMC, pero alias Mordisco abandonó la mesa en 2024. Otro bando liderado por alias Calarcá se mantiene en las conversaciones aunque sin avances concretos.

El uso de drones cargados con explosivos es cada vez más común en el conflicto armado en Colombia.

Según un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja, las víctimas civiles de artefactos explosivos se duplicaron en los primeros meses de 2025 impulsadas por el “uso intensivo” de drones.

Colombia registró un récord de 253 mil hectáreas de cultivo de hoja de coca en 2023. Petro impulsa un plan para la erradicación voluntaria por parte de los campesinos a través de incentivos económicos.