afp/ap desde Johannesburgo
Zenani Dlamini Mandela, la hija del líder sudafricano que se desempeña como embajadora en la Argentina, estaba junto a su hermana en el estreno en Londres de una película sobre la vida de Mandela cuando se enteró de la muerte de su padre. Anant Singh, productor del film Mandela: Long Walk to Freedom, contó que ambas mujeres se fueron del cine sin que el resto de los asistentes notaran su ausencia.
La tristeza y las lágrimas marcaron el estreno de la película en el cine londinense Odeon: la noticia de la muerte de Mandela se conoció apenas terminó la proyección. Entre los asistentes estaban los duques de Cambridge, William y Kate. Singh explicó que Zenani y su hermana abandonaron el lugar pero insistieron en que la película no fuera interrumpida. Ambas viajaron de inmediato a Sudáfrica para despedir a su padre.
Zenani, de 53 años, es embajadora de Sudáfrica en la Argentina desde 2012. Y es la penúltima de las hijas que tuvo Nelson Mandela. “No mucha gente tiene tu experiencia, la de haber estado en la cárcel antes de nacer”, le dijo su padre alguna vez. Es que su madre, Winnie Madikileza, segunda esposa de Mandela, estuvo presa mientras duró su embarazo. Era trabajadora social y activista política cuando la arrestaron en una protesta poco antes de parir.
Zenani se formó en Ciencias Económicas en la Universidad de Boston y tuvo cuatro hijos. En 2012 hizo su debut en la política, convirtiéndose en embajadora de Sudáfrica en Argentina, y desde entonces se instaló en Buenos Aires.
Estuvo casada con el príncipe Thumbumuzi Dlamini, de Suazilandia, un pequeño Estado soberano sin salida al mar ubicado en Africa del Sur, cuya forma de gobierno es una monarquía autoritaria. Se divorció del monarca hace 11 años pero aún conserva el título de princesa real. Junto a su ex marido tuvo a sus cuatro hijos: Zaziwe Manaway, de 36 años, Zamaswazi, de 34, Zinhle, de 33 y Zozuko, de 21.
Cuando ella tenía 5 años, Mandela fue arrestado, tras vivir en permanente fuga durante varios meses, y reducido a prisión en el fuerte de Johannesburgo. Ella no volvió a verlo por más de una década, cuando pudo visitarlo en la cárcel de Robben Island.
