La Justicia confirmó el procesamiento de un hombre que dijo que tenía una bomba dentro de un avión

La Justicia Federal confirmó el procesamiento de un pasajero de la aerolínea Flybondi que el año pasado le hizo una broma a una azafata que le había preguntado qué llevaba dentro de un bolso que quería guardar en el compartimiento superior de su asiento. "Solamente tengo una bomba", fue la respuesta que le dio, y que motivó una alerta de inmediato del comandante de la nave a la Torre de Control y el Centro de Control de Operaciones, que no dudaron en frenar el despegue.

La desafortunada respuesta del pasajero motivó la activación de los protocolos contra explosivos y armas especiales en la aeronave. El vuelo fue demorado y rápidamente comenzaron a corroborar la carga de equipaje de los pasajeros y la totalidad de la aeronave. Fue una demora de al menos dos horas y dos vuelos fueron afectados.

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Según la declaración testimonial de la jefa de Cabina de la aeronave, el hombre le preguntó "si podía colocar su bolsa de pequeñas dimensiones, de color blanca en su exterior y color rojo en su interior, en el compartimiento superior de su asiento, a quien le realicé las preguntas de seguridad, consultándole si poseía algún recipiente conteniendo líquidos en el interior de la misma, a lo que respondió: '"No, solamente tengo una bomba'", según consta en el expediente. 

Eso, de acuerdo a la declaración, "fue oído por el resto de los pasajeros que se encontraban próximos. Los mismos dijeron que no debía decir eso y comenzaron a pedirme que lo bajaran de la aeronave. Independientemente del pedido de los pasajeros, activamos nuestro protocolo de actuación propio de la empresa, el cual consiste en dar aviso al comandante, y este a la torre de control y al Centro de Control de Operaciones (Operations Control Center - OCC)".

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Según la Policía de Seguridad Aeroportuaria, el operativo desplegado en el Aeroparque Jorge Newbery a partir de la 'broma' tuvo un costo total de $840.601, a los que la aerolínea le sumó poco más de cinco millones en concepto de alimentos, alojamiento y traslado para los pasajeros de otros dos vuelos afectados por la contingencia. 

"Estoy arrepentido", declaró el autor de la ¿broma?

Cuando el autor del comentario fue llamado a declaración indagatoria, le dijo a la justicia que "fue un comentario desafortunado de mi parte. Yo no sabía las consecuencias que ello podría ocasionar". También explicó que en su bolso llevaba chocolates. "Nunca pensé ni imaginé todo lo sucedido. Estoy realmente arrepentido", manifestó. 

El hombre fue procesado por intimidación pública en concurso ideal con interrupción de las comunicaciones y su defensa apeló, por lo que el caso llegó a instancias de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional. En un fallo, los camaristas Martín Irurzun y Eduardo Farah ratificaron la medida y plantearon que "encontramos suficientemente acreditados los recaudos exigidos por el artículo 306 del Código, por lo que el decisorio recurrido será homologado". 

"En ese sentido, el obrar del encausado, en definitiva de carácter amedrentador ante el anuncio de la existencia de una bomba, no sólo afectó el normal funcionamiento del vuelo en el que viajaba, sino que además derivó en modificaciones a los vuelos FO 5444 y FO 5445, generando perjuicios a la compañía y también a sus pasajeros, por lo que el entorpecimiento del tránsito aéreo exigido por la norma se encuentra configurado", añadieron.

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El que votó en disidencia fue el camarista Roberto Boico, quien planteó que había que revocar el procesamiento y dictar la falta de mérito del imputado hasta tanto se amplíen declaraciones que permitan una visión más completa de la situación. "Nadie podría desconocer que la emisión de un enunciado semejante en la antesala del despegue de una nave aerocomercial, aunque se trate de una broma de mal gusto, desencadena una reacción, cuanto menos, de zozobra y temor fundado en el pasaje (...) pero de allí a la intervención del derecho penal conforme la construcción enunciativa de nuestra ley, hay una distancia que recorrer", planteó.

Respecto del delito de impedimento del normal funcionamiento del transporte, el camarista sostuvo que "la imputación de este delito no se encuentra sustentada en una adecuada exégesis del tipo penal, tanto respecto del bien jurídico afectado señalado por el Juez de grado, como de su consideración como delito de lesión, que dan cuenta de una interpretación extensiva de la prohibición penal".

ASV CP